¿Cómo nació Cuando estoy sin ti?
¡Buenos días! El viernes mandé Mi vida sin ti a la editorial para el último repaso y que en mayo
sea un libro a la venta mientras espero con emoción la publicación de Cuando estoy sin ti. Si nada sale mal la semana que viene se publicará.
De momento puedo compartir con vosotros algunas pequeñas
cositas, como la sinopsis oficial.
A veces cuesta un mundo la espera, pero creo que al final
valdrá la pena porque ver a mis niños a la venta siempre me llena de ilusiones.
Y lo más bonito que me ha aportado publicar ha sido el calor de los lectores,
saber que estáis ahí, que a algunas personas les llegan las historias al
corazón.
Ahí va la sinopsis:
Kristie ha pasado seis
meses en un reformatorio, tras ir de una casa de acogida a otra desde los ocho
años. Necesita encontrar la manera de
independizarse del estado para construir su futuro junto a su hermana y olvidarse
para siempre su fallida relación con Dennis, el amor de su vida.
Luke tiene una familia
con dinero, una vida fácil, las chicas que quiere en su cama y le gusta vivir
sin ataduras. Es guitarrista de un grupo que poco a poco conquista la fama y
huye del compromiso. Nunca se enamorará.
Conocerse les obligará
a cambiar su manera de ver las relaciones y a decidir si se arriesgan a vivir
su historia.
¿Puede un mujeriego
convencido cambiar su forma de actuar con las chicas? ¿Será capaz Kristie de
dejar atrás al amor de su vida para entregarse a Luke? ¿Es un hombre para ella?
¿O acabará por desintegrarle el corazón?
Hoy me he despertado con deseos de compartir el inicio de
los agradecimientos de este libro. Para mí lo importante a la hora de dar las gracias
es también dejar constancia de cómo una idea se convierte en un libro porque es
algo que siempre me pregunto cuando leo, ¿cómo surgió la idea? ¿Cómo llegó a
convertirse en una historia? ¿Quién la inspiró?
El inicio de los agradecimientos de Cuando estoy sin ti nos revela esos datos:
Cada vez que empiezo una nueva aventura literaria tengo
compañeras al lado que me ayudan a la hora de darle una salida a esa primera
idea que suelo plasmar en un chat sin demasiada lógica, solo con las pinceladas
necesarias para poner a mi mente a trabajar.
Es un paso difícil muchas veces porque cada historia tiene
un alma y una forma distinta de gestarse. La única característica común es la
ilusión con la que afronto la tarea y los mil sentimientos impresos en cada
situación. Para mí es alucinante sentir cómo los personajes crecen en mi
interior y acompañarlos en sus aventuras.
Para empezar a escribir me basta con un título, una banda
sonora en Spotify (enlace), un tablero de Pinterest (enlace) que va creciendo
con el avance de la trama y una idea a grandes rasgos de lo que quiero
escribir. Esa parte quizás es la más difícil de entender cómo sucede. A veces
basta mantener una conversación con una amiga para descubrir el hilo conductor
de la siguiente historia o ver una película o una serie o simplemente caminar
por la calle para tener una idea luminosa.
Cuando estoy sin ti
nació de una conversación con Mara en una tarde de charla amena y ausente de
intenciones parecidas. Solo hablamos de todo y de nada.
Mientras escribía No
puedo vivir sin ti sentía esa especie de dolor sordo al abandonar a los
personajes, como si tras tantos meses acompañando a Julia y a Zack en su
particular periplo necesitara seguir conectada a ellos de alguna forma. Quizás
por eso no encontraba el tono para terminar y fui retrasando esos últimos
capítulos expresamente.
Era verano, el calor agradable de esas tardes llenas de luz
me llevaron junto al grupo compañeros de mi oficina a uno de nuestros fabulosos
after works en una terraza del barrio
de Les Corts de Barcelona. Mara se sentó a mi lado con una Coca-Cola y
empezamos a hablar sobre mis sentimientos encontrados y mi imposibilidad de
terminar la trilogía.
Hay frases de aquellas que no se pueden pronunciar en una
situación parecida, esos ¿y si no dejas aquí la historia? ¿Y si empiezas con
otra de un secundario? son nocivos para mi intención de no escuchar nuevas
ideas. Cada una de esas dos preguntas está llena de connotaciones para mi mente
hiperactiva porque tan pronto como salieron de la boca de Mara arraigaron
dándole forma al inicio de una historia.
—Debería escribir sobre Swan algún día —le dije—. Pero no
todavía… Casi mejor escribo tres novelas más con parejas distintas.
—¿Y qué propones? —insistió en vez de pararme—. Wyatt tiene
novio y Austin me gusta muchísimo. A Penny y Ethan no los vas a tocar, son una
pareja muy sólida. Swan dices que esperas a otra novela. Podrías seguir con
Bryan…
—¡No! ¡Sé que Bryan merecería una historia, pero no puedo
escribirla! Es demasiado cercano a Julia.
—Vale, entonces solo te queda Luke.
—Un tío al que le repele el compromiso, chulillo, forrado de
pasta, antiguo novio de Julia… —Ahí mi mente ya iba a cuatrocientos por hora—.
Podría encontrar su contrapunto con una chica un poco malota de pinta, aunque
en realidad no lo sea. Alguien con un interior tierno y un pasado muy doloroso.
—Estaría bien. Podrías encontrarle su media naranja a Luke.
—Ya, pero primero debería acabar la última de la trilogía,
¿no?
—Sí, claro. Esa es la importante ahora.
Le di un largo trago a mi Coca-Cola Zero, me puse en la boca
un par de las patatas chips que había sobre la mesa y solté un suspiro.
—Ella podría ser una chica que acaba de salir de un reformatorio.
Trabaja en el Maggi’s, vive en una casa de acogida y tiene una hermana más
pequeña a la que debe cuidar…
—Suena genial. —Su sonrisa mostraba sin pudor cada uno de
sus pensamientos—. ¿Pero no has dicho que primero No puedo vivir sin ti?
—Sí, tienes razón. —Exhalé por la boca de forma sonora—.
Solo nos falta un título. Y podríamos empezar a buscar a los protas en
Pinterest. ¿Pueden ser los dos rubios?
—¿Sabes que si le pones el título y abres el tablero vas a
escribir esa novela, verdad?
—Y debería terminar con la trilogía… Lo sé, pero es tan
buena idea…
Tras plantear algunos títulos acabamos eligiendo Cuando
estoy sin ti. Y de ahí salió el principio de esta historia. Al día siguiente
nos pasamos un rato mirando posibles protagonistas para colgar en Pinterest y
supe que estaba perdida. Luke y Kristie ya se habían apoderado de mi alma.
Esa tarde me fui pronto a casa para abrir la hoja en blanco
del Word. Puse la fecha en la cabecera y empecé a escribir. Durante un mes
compaginé ambas novelas y hacerlo me sirvió para cambiar algunas piezas de la
historia de Julia y Zack y para plantear su epílogo con más consistencia. Tenía
claro cómo seguir, las hermanas Edward tenían fuerza y estaba pletórica.
Y así una idea acabó convirtiéndose en una historia que ha
ido creciendo hasta llenar las hojas del libro que pronto llegará a vuestras
manos. Escribir es un acto solitario, pero lleno de emociones.
¡Feliz día! J
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