¿Cómo nació Cuando estoy sin ti?

9:09 Pat Casalà 0 Comments


¡Buenos días! El viernes mandé Mi vida sin ti a la editorial para el último repaso y que en mayo sea un libro a la venta mientras espero con emoción la publicación de Cuando estoy sin ti.  Si nada sale mal la semana que viene se publicará.
De momento puedo compartir con vosotros algunas pequeñas cositas, como la sinopsis oficial.
A veces cuesta un mundo la espera, pero creo que al final valdrá la pena porque ver a mis niños a la venta siempre me llena de ilusiones. Y lo más bonito que me ha aportado publicar ha sido el calor de los lectores, saber que estáis ahí, que a algunas personas les llegan las historias al corazón.
Ahí va la sinopsis:



Kristie ha pasado seis meses en un reformatorio, tras ir de una casa de acogida a otra desde los ocho años.  Necesita encontrar la manera de independizarse del estado para construir su futuro junto a su hermana y olvidarse para siempre su fallida relación con Dennis, el amor de su vida.
Luke tiene una familia con dinero, una vida fácil, las chicas que quiere en su cama y le gusta vivir sin ataduras. Es guitarrista de un grupo que poco a poco conquista la fama y huye del compromiso. Nunca se enamorará.
Conocerse les obligará a cambiar su manera de ver las relaciones y a decidir si se arriesgan a vivir su historia.
¿Puede un mujeriego convencido cambiar su forma de actuar con las chicas? ¿Será capaz Kristie de dejar atrás al amor de su vida para entregarse a Luke? ¿Es un hombre para ella? ¿O acabará por desintegrarle el corazón?



Hoy me he despertado con deseos de compartir el inicio de los agradecimientos de este libro. Para mí lo importante a la hora de dar las gracias es también dejar constancia de cómo una idea se convierte en un libro porque es algo que siempre me pregunto cuando leo, ¿cómo surgió la idea? ¿Cómo llegó a convertirse en una historia? ¿Quién la inspiró?
El inicio de los agradecimientos de Cuando estoy sin ti nos revela esos datos:



Cada vez que empiezo una nueva aventura literaria tengo compañeras al lado que me ayudan a la hora de darle una salida a esa primera idea que suelo plasmar en un chat sin demasiada lógica, solo con las pinceladas necesarias para poner a mi mente a trabajar.
Es un paso difícil muchas veces porque cada historia tiene un alma y una forma distinta de gestarse. La única característica común es la ilusión con la que afronto la tarea y los mil sentimientos impresos en cada situación. Para mí es alucinante sentir cómo los personajes crecen en mi interior y acompañarlos en sus aventuras.
Para empezar a escribir me basta con un título, una banda sonora en Spotify (enlace), un tablero de Pinterest (enlace) que va creciendo con el avance de la trama y una idea a grandes rasgos de lo que quiero escribir. Esa parte quizás es la más difícil de entender cómo sucede. A veces basta mantener una conversación con una amiga para descubrir el hilo conductor de la siguiente historia o ver una película o una serie o simplemente caminar por la calle para tener una idea luminosa.


Cuando estoy sin ti nació de una conversación con Mara en una tarde de charla amena y ausente de intenciones parecidas. Solo hablamos de todo y de nada.
Mientras escribía No puedo vivir sin ti sentía esa especie de dolor sordo al abandonar a los personajes, como si tras tantos meses acompañando a Julia y a Zack en su particular periplo necesitara seguir conectada a ellos de alguna forma. Quizás por eso no encontraba el tono para terminar y fui retrasando esos últimos capítulos expresamente.
Era verano, el calor agradable de esas tardes llenas de luz me llevaron junto al grupo compañeros de mi oficina a uno de nuestros fabulosos after works en una terraza del barrio de Les Corts de Barcelona. Mara se sentó a mi lado con una Coca-Cola y empezamos a hablar sobre mis sentimientos encontrados y mi imposibilidad de terminar la trilogía.
Hay frases de aquellas que no se pueden pronunciar en una situación parecida, esos ¿y si no dejas aquí la historia? ¿Y si empiezas con otra de un secundario? son nocivos para mi intención de no escuchar nuevas ideas. Cada una de esas dos preguntas está llena de connotaciones para mi mente hiperactiva porque tan pronto como salieron de la boca de Mara arraigaron dándole forma al inicio de una historia.


—Debería escribir sobre Swan algún día —le dije—. Pero no todavía… Casi mejor escribo tres novelas más con parejas distintas.
—¿Y qué propones? —insistió en vez de pararme—. Wyatt tiene novio y Austin me gusta muchísimo. A Penny y Ethan no los vas a tocar, son una pareja muy sólida. Swan dices que esperas a otra novela. Podrías seguir con Bryan…
—¡No! ¡Sé que Bryan merecería una historia, pero no puedo escribirla! Es demasiado cercano a Julia.
—Vale, entonces solo te queda Luke.
—Un tío al que le repele el compromiso, chulillo, forrado de pasta, antiguo novio de Julia… —Ahí mi mente ya iba a cuatrocientos por hora—. Podría encontrar su contrapunto con una chica un poco malota de pinta, aunque en realidad no lo sea. Alguien con un interior tierno y un pasado muy doloroso.
—Estaría bien. Podrías encontrarle su media naranja a Luke.
—Ya, pero primero debería acabar la última de la trilogía, ¿no?
—Sí, claro. Esa es la importante ahora.
Le di un largo trago a mi Coca-Cola Zero, me puse en la boca un par de las patatas chips que había sobre la mesa y solté un suspiro.
—Ella podría ser una chica que acaba de salir de un reformatorio. Trabaja en el Maggi’s, vive en una casa de acogida y tiene una hermana más pequeña a la que debe cuidar…
—Suena genial. —Su sonrisa mostraba sin pudor cada uno de sus pensamientos—. ¿Pero no has dicho que primero No puedo vivir sin ti?
—Sí, tienes razón. —Exhalé por la boca de forma sonora—. Solo nos falta un título. Y podríamos empezar a buscar a los protas en Pinterest. ¿Pueden ser los dos rubios?
—¿Sabes que si le pones el título y abres el tablero vas a escribir esa novela, verdad?
—Y debería terminar con la trilogía… Lo sé, pero es tan buena idea…


Tras plantear algunos títulos acabamos eligiendo Cuando estoy sin ti. Y de ahí salió el principio de esta historia. Al día siguiente nos pasamos un rato mirando posibles protagonistas para colgar en Pinterest y supe que estaba perdida. Luke y Kristie ya se habían apoderado de mi alma.
Esa tarde me fui pronto a casa para abrir la hoja en blanco del Word. Puse la fecha en la cabecera y empecé a escribir. Durante un mes compaginé ambas novelas y hacerlo me sirvió para cambiar algunas piezas de la historia de Julia y Zack y para plantear su epílogo con más consistencia. Tenía claro cómo seguir, las hermanas Edward tenían fuerza y estaba pletórica.

Y así una idea acabó convirtiéndose en una historia que ha ido creciendo hasta llenar las hojas del libro que pronto llegará a vuestras manos. Escribir es un acto solitario, pero lleno de emociones.
¡Feliz día! J

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