¿Y si sale el sol?
¡Buenos días! Lo de buenos es para decir algo porque la
tormenta no deja de caer y llevamos muchas horas con ella.
No me gusta la lluvia, dispara mi melancolía y suele
amplificar los sentimientos tristes, aunque no los tenga cerca. Yo soy de sol,
días radiantes, luz y calor. El frío y las tormentas me apagan, es como si el
clima se apoderada de mi alma para oscurecerla.
Muchas veces sueño con dejarlo todo e irme a vivir a algún
lugar donde nunca haga frío, un paraíso tropical donde pueda despertarme frente
al mar, sin estaciones marcadas, con la posibilidad de estar siempre acompañada
por un sol espléndido.
Cierro los ojos un instante y huelo el salitre, la brisa
cálida del trópico, la cercanía del mar. Escucho las olas mecer la orilla con
su suavidad matutina, los sonidos de la soledad, de la naturaleza que me
envuelve, de las jornadas donde el sol capitanea el cielo. Siento mis sentidos
despertar, mis sentimientos deslizarse por la serenidad, mi mente llenarse de
ideas y mi sonrisa aflorar en los labios para darle la bienvenida al día.
Al abrirlos sigue lloviendo en el exterior, la calefacción
va a toda potencia y fuera está oscuro y triste. Pero yo he conseguido mi parcela
de paz, una en la que puedo saborear una placidez que espero me dure horas.
Siento demasiado. Esa es una de mis características más
remarcables. Cada pequeño acontecimiento puede disparar una retahíla intensa de
emociones y enredarse en otras, creando un tsunami de alegría, felicidad o
tristeza.
Mi cabeza no me deja en paz, es un ente hiperactivo al que
le gusta analizar cada variable para enviar estímulos a mi parte más
sentimental para crear una oleada de emociones alrededor de un hecho.
Sé que esa forma de ser es mi motor creativo. Si no pudiera
acceder de esa forma a mi lado emocional no sería capaz de sentir las historias
crecer en mi interior con esa fuerza arrolladora que me aboca a teclear sin
descanso, con una frenética actividad cerebral durante todo el día.
Siempre he compaginado pensamientos, parcelándolos. Mientras
trabajo concentrada en alguna tarea importante no ceso de darle vueltas a la
trama, a las connotaciones de lo que sucede, a las lagunas. Es como si mi mente
fuera una computadora multifunción. Y sé que si no pudiera usarla de esa forma
sería infeliz, así que me maravillo cada mañana por tener esa capacidad.
Llevo un tiempo un poco perdida en algunos temas y no es por
mis acciones, sino por las ajenas, aquellas que no puedo controlar. Me
encantaría poder dar noticias positivas acerca de nuevas publicaciones, pero
últimamente se escurren entre mis manos, así que no hay nada en el horizonte,
solo mis deseos de escribir, releer, mejorar y ofreceros las historias algún
día no demasiado lejano.
¡Feliz día! J
A mi me gustan todas las estaciones, cada una tiene su encanto y todas son necesarias; la lluvia me recoge en mi misma, dispara mi creatividad, me conecta con mis emociones, no sería capaz de vivir en un lugar donde siempre lloviera, pero tampoco en uno en el que nunca lo hiciera...ea, jajaja.
ResponderEliminarBesitos.
Quizás en un sitio con clima tropical acabaría añorando las estaciones... Nunca se sabe... ¡Un beso!
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