La trama VII, Úrsula y Andrea nuevamente
Hoy es sábado y por norma había decidido no continuar con la trama los fines de semana, pues el volumen de visitas desciende y la mayoría de vosotros no puede leer el blog mientras disfruta de su tiempo libre. Pero por votación popular aplastante, con mensajes personales incluidos, voy a acabar con la escena de Sara.
Primero me gustaría que repasáramos los cambios en Úrsula y en Andrea para poder continuar con la trama. Hemos decidido darles a las hermanas un perfil más internacional, un cambio en su país de origen y en su historia personal. Así que en vez de provenir del sur de España son de Rumania.
Úrsula se crió en una casa solitaria cercana a un pueblo rural, en el seno de una familia pobre, pero feliz, con unos padres trabajadores y cuatro hermanos. En cuanto descubrió el mundo que se estaba perdiendo fuera de las fronteras de su país, a través de los programas de televisión que se sintonizaban en el único bar del pueblo donde se recibía la señal y tenían ese preciado aparato (chicos, aquí necesitaríamos hacer un poco de investigación acerca de cómo eran los pueblos rurales de Rumanía en la década de los 90), decidió que su vida no iba a transcurrir en medio de la miseria que la rodeaba.
Corría 1996 cuando Úrsula, nacida Fiona, quemó su casa con todos los habitantes dentro. En ese año se inició un boom de inmigración en España procedente de Rumanía, por eso Úrsula decidió España como su destino. Como no tenía mucho dinero, sólo lo poco que había podido rescatar del pote donde sus padres guardaban los ahorros, viajó de polizón en un tren.
Al llegar a Madrid empezó a trabajar en un bar de noche, haciendo de todo, guardando dinero para operarse la cara y acabar de borrar las huellas de su otro yo. Durante los primeros dos años vivió indocumentada, sin identidad, vendiendo su cuerpo y su alma para conseguir su sueño. Su físico era un buen reclamo para los clientes y en poco tiempo se forjó una reputación.
Cuando al fin logró operarse y comprar una documentación nueva, Úrsula había cerrado un pacto con uno de sus clientes habituales para seducir a un hombre llamado Jaime, quien debía revelarle un secreto. El cliente era una persona con contactos, fue él quien la ayudó a conseguir los papeles que acreditaban su nueva identidad y quien la introdujo en la televisión. La eligió por su talento natural, un talento que la llevó a conducir un programa del corazón en pocos años y a casarse con Jaime.
En cuanto a Andrea, Eduardo la saca de la casa en llamas por pura casualidad. El chico, un estudiante español de medicina, estaba realizando un viaje en solitario, un inter-rail. Aquella noche se había perdido tras pasar el día caminando sin rumbo por las inmediaciones de una de las estaciones de tren. Había sentido como una llamada, como si el destino lo llevara hacia la casa en llamas que divisó de pronto y lo acompañara mientras salvaba a Andrea. La chica tenía entonces diecisiete años. A partir de ese momento se forjó el vínculo entre ambos. Eduardo se la llevó a Barcelona con él y la ayudó a entrar en la universidad para sacarse el título de medicina. Al acabar la carrera ambos se apuntaron a Médicos sin Fronteras y se dedicaron a viajar a los países pobres en misión humanitaria,….
Y vamos con Sara.
….La mirada del hombre la sigue, penetrante, dura, amenazante, como si quisiera constatar que por mucho que corra él la atrapará. En ese instante Sara se revela, todo su cuerpo siente una chispa, como si los órganos internos estuvieran cargados de electricidad y la bombearan a través de sus circuitos. Una fuente de confianza se va apoderando de ella, la va ayudando a apartar la amenaza, a esquivar aquellos ojos oscuros que la observan en la distancia. Y poco a poco va deshaciéndose de él, de su presencia, de su cercanía, de su intención de seguirla.
Cuando siente que ha desaparecido la amenaza, palpa uno de los anaqueles para apretar el botón que abre la entrada a los pasadizos dentro de la chimenea de piedra que se asienta en una de las paredes. Sara no tarda ni un minuto en introducirse por el boquete y bajar las escaleras. La entrada se cierra al accionar un mecanismo interno que enciende el circuito eléctrico del recinto. Los recuerdos de su padre la bombardean de golpe mientras camina por las galerías de piedra que él le enseñó. Evoca sus consejos, sus explicaciones, sus misterios….
¡Feliz sábado!
Gracias por escribir en sábado...
ResponderEliminarNi flores de cómo debía ser Rumanía en los 90... pero tal y como lo pintas me suena más a los 80, no se... hablo por hablar, jeje
Feliz sábado a ti!!
Bueno, ya investigaré lo de Rumanía para darle un poco de base realista a la historia.
ResponderEliminar¡Pasa un buen día!
Yo sabía que finalmente Sara saldría de la casa ¿su padre fue quien le enseñó el pasadizo de la chimenea? ¿es un pasadizo oculto o es el pasadizo por el que sale el humo? Bueno, no tiene mucha importancia... Pero Ursula no se puede operar la cara, porque sino su hermana no la reconocerá! Se puede operar los pechos, eso sí! Pásalo bien el fin de semana!!M.
ResponderEliminarM, Úrsula se ha de operar la cara, así dificultaremos a Andrea que la reconozca. De momento sólo escucha la voz en la tele y recuerda el incendio, como si esa voz escondiera algo de su pasado que ella ha reprimido. ¡Ya la reconocerá de alguna otra manera!
ResponderEliminarDel pasadizo no sale humo, está escondido debajo de la chimenea y lleva a una calle cercana a la casa. El padre de Sara se lo mostró cuando era pequeña y le contó su historia.
¡Buen fin de semana! ¡Y dale recuerdos a F!!!!