Verano, ahí voy
Preparada para la marcha, con las bicis sobre el coche, las maletas esperando en la entrada a que las cargue en el maletero, la casa recogida y mi marido ya embarcado en el mar para llevar la barca junto a mi padre… ¡Sólo me falta el sooooooool!!!! Puaf, que agosto nos espera, dos semanitas de playa con jersey y manta…. ¡A ver si las nubes desaparecen de una vez y puedo disfrutar de los días de descanso! Grrrrrr.
Cada día me levanto con preguntas martilleándome el cráneo: ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Es posible que los nubarrones oscuros de hayan disuelto así sin más? ¿Estoy renunciando conscientemente a mi sueño sin desmoronarme? Pues creo que sí, que la experiencia de tener lectores por primera vez en mi vida me ha servido para sentirme realizada como escritora y, como tengo un trabajo remunerado, no necesito más (¡aunque si alguna vez alguien quiere publicar uno de los manuscritos estaré encantada!)
La experiencia de tener agente no me ha resultado una vía directa hacia nada, lejos quedan aquellas ilusiones vanas y absurdas donde me veía llegando rápidamente a la cúspide de la lista de libros más vendidos, con colas larguísimas ante un mostrador, donde mi mano derecha aferraba el bolígrafo que se deslizaba por los miles de libros que me traían para firmar. ¡Lo mejor era imaginarme el reencuentro con amigos olvidados! ¡O con los virtuales, a los que conozco en el ciberespacio y no en persona! ¡O sentir el calor de los míos arropándome!
La gente siempre ha sido lo más importante para mí, sentirme cerca de ellos, tener su cariño, sentir su presencia. ¡Por eso los comentarios aumentan mi ilusión! Es como si entre todos compartiéramos algo y os tuviera a mi lado siempre.
Cuando me imaginaba las colas para firmar, siempre veía unos rostros del pasado que añoro en el presente, personas importantes en mi devenir, en mis recuerdos, en mi corazón. Siempre hay amigos que dejan huella y parece como si los años no pudieran borrar la estela de cariño que sigue pegada en tu corazón, como si fuera un camino de baldosas amarillas directa al sentimiento de amistad que una vez te unió.
¡Me encanta que mi yo verdadero haya vuelto a mí! Es increíblemente increíble volver a sentir la fuerza del optimismo, la energía positiva que emana de mi interior cuando pienso en reencuentros, encuentros y personas cercanas, la emoción de poder mirar hacia delante con un camino trazado que ya no me provoca frustraciones ni anhelos descarriados. ¡He aprendido a vivir sin esperar! ¡Sin estar pegada al mail constantemente! ¡Sin sentir el paso de las horas avanzando en mi interior! ¡Sin permitir que el tic-tac del reloj fuera consumiendo mi optimismo para convertirlo en un amasijo de angustia, ansiedad y desespero!
Así que hoy os doy unas gracias tan grandes que hasta las iluminaría sobre un edificio alto con luces de neón. ¡Sois todos maravillosos! Y es un honor compartir con vosotros trocitos de mí. Pensad que sin vuestras entradas en el blog, sin vuestros comentarios, sin vuestro apoyo silencioso o ruidoso, no existirían las entradas ni nuestro relato ni nada de nada. ¡Así que un BESO para todos! ¡Y seguid ahí, por favor!
¡Me VOYYYYYYYY!
Pat!!! Que pases unas buenas vacaciones.
ResponderEliminarYa sabes que estamos aquí esperando tus escritos.
Un besazo.
Gracias!!! ¡Ya he llegado! ¡La casa está en orden! ¡La barca en la boya! ¡La comida en la nevera! Pero me sigue faltando el sol, snif, snif, ¡está lloviendo!!!!
ResponderEliminar¡UN BESO GUAPA!!!!!
Pat encara que no he aportat molts comentaris ara sóc una lectora silenciosa jejeje així que Bones vacances i ens trobem a la tornada i continua amb el blog que ens encanta...PETONSSSSS
ResponderEliminarGràcies guapa!!!!!! Ja tinc ganes de r veure't!!!!! Un súper PETOOOOOO!!!
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