Una nueva experiencia
¡Estoy contenta! ¡Hemos llegado a las 3.000 visitas en tres meses! Si os digo la verdad, nunca pensé que algo así fuera posible, ¡y mucho menos contando lo que cuento! Yo soy una persona muy metódica y perseverante, así que tenía claro que si me proponía escribir cada día un poquito lo haría, pero que a alguien le interesara lo que yo escribo,…. ¡Por eso hablo en plural! Sin vosotros no habría un marcador de visitas subiendo cada día. ¡Así que un montón de gracias!!!!!
Ayer me inicié en algo nuevo. Ya os había explicado que en casa estamos de obras y como los niños están fuera, mi marido y yo decidimos pintar el pasillo entre los dos. Por la mañana aprovechamos el maravilloso día de verano y nos fuimos a la playa, delante del hotel Vela, a tomar el sol antes de irnos al Chiringuito Pez (así se llama el nuevo local del grupo Tragaluz) a tomar una paella.
Y cuando cayó la tarde, después de visitar por enésima vez IKEA y Bauhaus (se nos olvidaron más cosas), tapamos el parquet del pasillo con un rollo de cartón, abrimos la pintura, sacamos las puertas y… ¡No me quedaba otro remedio que pintar! Me sentí como el día en el que el transportista dejó el 85% de los muebles de mi casa de Estavar en el suelo: una montaña interminable de cajas del IKEA, con las camas, los armarios, las literas, los muebles del salón,… ¡Todo por montar! Recuerdo que miré las cajas, suspiré y pensé: “o miro bien las instrucciones y lo monto todo a la primera, o nunca acabaremos”. Un mes más tarde y mucho trabajo de fin de semana, los muebles estaban en su lugar.
Pues ayer tuve esa sensación. ¡Pintar! Yo en mi vida había cogido un rodillo. ¡Por Dios! ¡Si una vez me suspendieron plástica porque el dibujo estaba demasiado bien hecho y la señorita no se creyó que lo hubiera hecho yo! (La verdad es que lo hizo mi padre…). Pero me armé de valor, me vestí con una camiseta vieja, me recogí el pelo en un moño sobre la nuca, agarré el rodillo, soplé con fuerza y…. ¡Acabé pintando cuatro paredes y seis puertas! Y si no llegamos a acabar a las diez de la noche y mi marido no me frena, hubiera acabado pintando toda la casa. Así que estoy contenta, quizás no ha quedado perfecto, pero me siento orgullosa del trabajo que hemos hecho entre los dos.
¡Me encanta la anécdota que comentó ayer José Antonio sobre la novela de Stephen King, Tommyknockers! Parece increíble que alguien se le ocurran cosas parecidas que a mí, ¡y nada menos que a un escritor consagrado! No sé si las pocas líneas que he escrito del relato conjunto que vamos creando entre todos son fruto del Máster o de mi escritura, lo único que puedo afirmar con rotundidad es que empiezo a tomar consciencia de cuál es mi estilo y de qué quiero hacer cuando escribo.
Lo cierto es que siempre he sido una persona muy fantasiosa, que mis mundos imaginarios me han acompañado desde que tengo uso de razón y que estructurar una novela en mi cabeza no me cuesta. Yo me siento delante del ordenador con la idea en la cabeza, el título, la documentación y el final, y la historia fluye sin más, se va formando sin dejarme ni respirar. Es como si estuviera ahí, dentro de mi mente, esperando a que mis dedos la despeguen y va brotando como un manantial eterno. Y entonces parece que viva inmersa en esa historia, como si mis personajes cobraran vida en mi interior y necesitaran avanzar. Mi última novela, La Baraja, la escribí en tres meses (tiene 204 folios, unas 450 páginas en formato libro). Y según mi agente la historia es muy buena y la estructura no se ha de tocar. Aquí es donde vuelvo a decir: ¡Ojalá pudiera apretar un botoncito que me enseñara a pulir la novela en un pispás!
Hoy me tomo el día libre en cuanto al relato. Estoy pensando en cómo escribir el prólogo y colgarlo aquí sin que se os haga demasiado largo. ¡Los posts son un espacio muy reducido! A ver si mañana me lanzo a intentar escribir un trocito de prólogo y lo comparto con vosotros.
Os deseo un domingo cargado de emoción y buenas vibraciones. ¡Un beso para todos! Y sobre todo, ¡gracias por estar ahí!
Hola, Pat,
ResponderEliminarCoincido con los comentarios de la entrada anterior, y la idea del prólogo me parece muy buena. Lo que sugiere Jose Antonio es muy atractivo. Narrar el relato sin dar nombres, a modo de corto relato, estaría bien.
Madre mía, nunca había calculado la proporción folios A4 y formato libro, mis novelas tienen 395 págs cada una!!!!! Qué tochos!!!
Bueno, voy a intentar recuperar el aliento.
Un beso, mi niña!
Bueno, bueno, Pat! Qué grandes novedades nos traes un domingo!! A mi también me parece una gran idea lo del prólogo...que me muero de curiosidad, en serio.
ResponderEliminarLa dimensión de las novelas...guauuu las vuestras son auténticos tochos, desde luego. La primera parte de la mía tiene 150 páginas, aunque la segunda ya va camino de las 210 y aún queda historia por narrar. ¡Sois unas fieras!
Estoy deseando leer cositas nuevas por aquí, ¿eh? Un beso enorme y voy a intentar escribir algo.
¡Hola a las dos!!!!! ¡Queda aceptado lo del prólogo por unanimidad! Aunque ahora me doy cuenta de que no sé si mañana voy a tener ordenador para escribir.... ¡Vienen a pulir el parquet y la casa ha de estar vacía! ¡Qué ganas tengo de acabar con las obras! Bueno, siempre me queda el portátil a media tarde....
ResponderEliminarLo de la extensión de las novelas es deformación profesional. ¡Todo lo que tenga que ver con números me va! A ver si vemos vuestros manuscritos en formato libro, ¡sería genial!!!!
¡Un beso enorme para las dos!!!!