¡Ojalá siga así!
Buenos días. Se presenta un día intenso y cargado de emociones. ¡Voy a buscar a mis hijos! Parece mentira, pero dos semanas sin verlos y los echo tanto de menos que hasta siento cosquillas en el estómago de la ilusión que me hace pensar en tenerlos otra vez en casa. ¡Y eso que dos días después pienso que necesito vacaciones!
He decidido que el fin de semana me tomaré un descanso en cuanto a la trama. La tengo en la cabeza y podría dejar constancia de mis ideas, pero la falta de afluencia en el blog los sábados y los domingos me hace sospechar que la mayoría dedicáis las horas a descansar, a ir a la playa, a pasear, de excursión o a estar con los vuestros, algo necesario y reconfortante. Así que esperaremos al lunes para proseguir con las vicisitudes de Sara, Ignacio, Andrea, Eduardo y Úrsula. ¿OK?
Estos últimos días me ha dado por reflexionar acerca de todo lo que he vivido hasta ahora en relación con el mundo de la escritura. He llegado a un punto donde el equilibrio entre mis deseos y la realidad consigue no despertar aquella ansiedad con la que encaraba el reto desde el principio, y sólo espero que esta percepción no me abandone.
Es difícil entender la realidad cuando lo que consume tu vida es la necesidad de dar rienda suelta a la imaginación que no cesa de bombardearte a todas horas, como si necesitara escapar de tu cabeza por alguna vía. Ha habido momentos en mi vida que incluso era capaz de trasladarme con a los lugares imaginarios y vivir una experiencia de fuerte contenido emocional sin moverme del sitio. ¡Una vez me pasó yendo en moto y cuando volví al presente había llegado a mi destino!
Mis relatos, todos los que mi mente teje sin detenerse, casi son imágenes sólidas proyectadas al exterior. Yo puedo sentirlos, olerlos, vivirlos, tocarlos. Es como si toda su esencia se representara para mí y creara una dimensión que convive paralela con la mía. Por eso cuando me siento delante del ordenador con una idea, un título y un final, la historia surge de mis dedos como si fuera una escritura automática, como si mi espíritu tomara posesión de mis dedos y la pantalla se llenara con las ideas que fluyen de repente, como un geiser oculto que explosiona sin fin.
Por eso al principio, cuando escribí las tres primeras novelas en dos años y medio, cuando no me paré a pensar en lo que hacía porque todo era anhelo y necesidad de compartir con el papel años y años de creación interior y silenciosa, todo cuanto veía era la meta, aquella que me llevaría a cumplir los sueños infantiles que se habían escurrido por una alcantarilla cuando había aceptado que lo mío eran las matemáticas y no las letras.
Ahora lo veo distinto. Siento que lo importante es disfrutar del proceso, aprender sin perder la sonrisa y no imponerse un horario y una disciplina. Trabajo mucho menos (antes lo hacía cuatro horas diarias de lunes a domingo, sin descanso), me he sacado de la mente esa obsesión de publicar y estoy feliz con el blog y con la corrección.
Paralelamente a nuestro relato estoy reconstruyendo las páginas de La Baraja. Me pierdo también en los mundos de Pamela Casas, su hermana Sofía y su madre, María. Vuelvo a dar consistencia al personaje de Hugo Sánchez y me engancho de nuevo a las vivencias de Eudora Estava, la abuela de Pam. ¡Y me encanta! Es como si el hecho de estar con la mente ocupada en nuestro relato común me acercara a mis otros personajes y por fin hubiera encontrado el camino para estabilizar mis emociones.
¡Espero seguir así mucho tiempo! ¡Feliz sábado!!!!
Hola, Pat.
ResponderEliminar¡Quien me iba a decir a mi hace unos meses, que encontraría una buena amiga como tú, de la forma en la que lo hice! Mi ancla al mundo real y tangible. Tener una meta es importante, pero no hasta el punto de perder en el camino hasta ella, las ilusiones y los motivos por los que quieres alcanzarla. Hay que disfrutar de cada paso.
Tú me estás enseñando eso, y como buena alumna, pongo en práctica todos tus consejos.
Fin de semana, toca descansar y ponerse al día con tu historia. ¡Me encanta como está quedando!
Disfruta de tus niños y del fin de semana!!!
Un beso!!
Gracias por estar siempre ahí!!
¡Gracias Anxana!!!! Ayer fue un día intenso, ¡tantas emociones! Ahora ya los tengo a todos en casa y estoy súper feliz.
ResponderEliminar¡Espero que el relato siga prosperando!!!! ¡A ver si al final creamos entre todos una historia interesante!!!
¡Un beso y sigue descansando!