El despertar de Vladymir (la trama 47)
¡Buenos
días! Hoy quería continuar con Vladymir y su descubrimiento del primer cofre, ¡a
ver si me da tiempo! He ido a hacerme el análisis de sangre para la operación y
me esperan en rehabilitación, así que ya veremos cómo voy a encajar la
escritura del blog.
¡Voy
a intentarlo! Habíamos dejado a nuestro príncipe valquio cerca de la cama donde
su padre dormía la borrachera, con la llave que le había substraído del cuello,
abriendo el cofre y recibiendo el saber ancestral que ocultaba.
…Cuando
la última letra se fundió en su mente Vladymir se levantó del suelo con una
sensación de mareo acosándolo. En su mente sentía un cúmulo de información
condensada en los párrafos que había absorbido del cofre, una información que
deambulaba furiosa por su interior, descubriendo nuevas maneras de ver, de sentir,
de escuchar.
El
cofre había vuelto a esconderse en su lugar. Vladymir acabó de cubrir el
escondite con la alfombra, se levantó del suelo con una angustia extraña
instaurada en sus entrañas y caminó zozobrando hasta la cama para colocar la
llave otra vez en el cuello de su padre.
El
aire parecía viciado con un gas pesado que al introducirse por sus fosas
nasales pesaba en la
tráquea. Avanzó por el pasillo trastabillando, con un intenso
dolor de cabeza y la vista emborronada por el procesamiento las nuevas facultades
que le obligaban a parpadear sin descanso.
Se
agarró a la pared para conseguir mantenerse en pie. Su habitación se encontraba
en el ala opuesta del castillo y no sabía si conseguiría llegar a ella sin
desfallecer en mitad del camino. Sudaba copiosamente, sus músculos estaban flácidos,
sentía un hormigueo intenso en sus circuitos internos, como si algo los estuviera
modificando.
Jadeando,
con un ritmo cardíaco acelerado y una sensación de mareo intensa, logró
arrastrarse hasta su cama. Se estiró sin desvestir, cerró los ojos y resumió en
un sueño profundo donde todos y cada uno de los datos que había recibido su
cerebro iban reconstruyendo la historia de los prigenios, los avances, los secretos
que habían escondido en los cuatro cofres.
Unas
fiebres altísimas lo dejaron postrado en la cama durante cuatro largos días con
sus cuatro largas noches. En el interior de Vladymir aquellos códigos genéticos
que sus ancestros habían ocultado en el cofre fueron modificando su estructura
interna, ampliando su capacidad de usar el cerebro, otorgándole nuevas
facultades.
Despertó
de golpe. Fue como si de repente su vida se reiniciara, como si acabara de
recibir un soplo de aire directo a sus pulmones que encendieran su conciencia.
Se sentó en la cama completamente aturdido, con una percepción distinta de la realidad. Podía
discernir con claridad todos los sonidos que lo envolvían, veía con una claridad
pasmosa, ¡hasta era capaz de distinguir las motas de polvo en la alfombra!
Durante
los quince días siguientes fue haciéndose fuerte, sus músculos se
desarrollaron, su cerebro se acostumbró a procesar las situaciones a una
velocidad extrema, su carácter se fue endureciendo y la necesidad de encontrar
los otros cofres empezó a acosarlo. Era como si todo su cuerpo necesitara
absorber las letras que se escondían en los otros cofres, como si dependiera de
ello, como si nada en este mundo fuera más importante que acabar la
transformación que había iniciado….
Bueno,
parece que he tenido tiempo de todo. ¡Ya me diréis qué os parece!!!!! ¡Feliz día!!!!!!
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