¡Un día en familia!
¡Buenos
días! Ayer pasé un día familiar memorable…. Visita guiada a la Sagrada Familia de
Barcelona (yo en silla de ruedas….), comida en casa de mis suegros y tarde de
cine, con unos bols de palomitas que
compró el tío de mi marido que eran tan gigantes que los pequeños casi no los
podían ni sujetar….
La
visita a la Sagrada Familia
fue memorable. Te pasas la vida en una ciudad y no acabas de conocerla tan bien
como los turistas… Claro que tienes recuerdos, anécdotas y sensaciones en unos
barrios concretos y que podrías describirlos sin pestañear, pero siempre te
faltan aquellos rincones turísticos por los que suspiran los foráneos…
Recuerdo
un día cuando era pequeña, debía tener unos diez u once años, que sentí la
necesidad de explorar mi ciudad y me inventé un trabajo sobre la Barcelona turística
que no me habían mandado en el cole. Mi padre se armó de paciencia y, cámara en
mano, me llevó a ver todos los
monumentos que yo le escribí en una lista… ¡Fue un día maravilloso! Subí a la
estatua de Colón, caminé por las Atarazanas, respiré el aire de la Pedrera, me
introduje en los mundos de El Parc Güell….
No
sé qué se hizo de las fotos que sacamos ni puedo recordar si llegué a admitir
que había sido un impulso repentino de visitar la ciudad, pero siempre le
agradeceré a mi padre la posibilidad de recorrer la Barcelona turística con él.
Así
que ayer, rodar en silla de ruedas por el interior de la Sagrada Familia ,
acompañada por mis cuñados, mis sobrinos, mis suegros y los tíos de mi marido fue
genial. He de admitir que eso de ir en silla de ruedas me costó un montón, mi
hija de once años la iba empujando y todo el rato temía que fuera a impactar
contra un pie ajeno o algo peor…
Luego
la comida en casa de mi suegra fue súper entretenida y buenísima. ¡Es una magnífica
cocinera! ¡Y sus coquetas son espectaculares! Aunque para evitar gulas exageradas
las cuenta y nos dice cuántas podemos coger cada uno. ¡Pensad que las croquetas
de Anna María son muy codiciadas en casa Martínez !
Y,
tras una charla divertida, amena y entretenida nos fuimos al cine, a ver una
película que me encantó y os la recomiendo encarecidamente: Intocable. Salí del
cine con una sonrisa radiante en la cara y la sensación de haber aprendido algo
de la vida, algo que no te puede enseñar más que la introspección de la
realidad que se plasma tan bien en esa peli.
Cuando salieron los títulos de crédito del
final y explicaron qué había pasado con los protagonistas, haciendo alusión a
que estaba basada en su historia real, me puse a llorar a escondidas (ya os he
dicho mil veces que soy de lágrima fácil). ¡Me emocionó que esa historia
formara parte de la realidad y no de los mundos paralelos de algún guionista o
escritor!
La
verdad es que no somos capaces de valorar lo que tenemos ni la maravillosa
verdad de que estar vivos, tener salud, personas a las que querer, entornos
maravillosos y un motivo por el que despertarse cada mañana ya es mucho. ¿Os
imagináis qué sería de vosotros sin nada de lo que os rodea?
Cada
uno tiene algo por lo que luchar, algo por lo que vivir intensamente y sin
tristeza, algo por lo que merece la pena suspirar y avanzar por el tortuoso
sendero de la vida. ¡Y la sonrisa debe permanecer siempre en la cara! ¡Y esa
fuerza que a veces perdemos por los recovecos de la negatividad debe pintarse
con un arco iris de colores! ¡Estamos vivos! ¡Eso es lo que cuenta!
¡Os
deseo un feliz domingo!
Querida Pat, me parece estupendo que aproveches este tiempo de convalecencia para tomar decisiones y encauzar proyectos. Esta apertura, este expresar sentimientos personales, nos ayuda, a conocerte mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Gracias Pilar! A veces las cosas se tuercen para enderezarse después, ¿no? ¡Fue un gran día!
ResponderEliminar¡Un beso!