Entrevista a Bruno Nievas
1.
¿Cuándo supo que quería
dedicar su vida a las palabras? ¿Cómo lo supo?
Sinceramente,
hasta que comencé con las primeras palabras de ‘Realidad Aumentada’, nunca
había escrito absolutamente nada en narrativa, y menos en ficción. De hecho
todo comenzó de forma completamente casual: navegando por Internet encontré un
programa enfocado a la literatura, llamado Scrivener. Curioso, descargué la
versión «demo», y me gustó tanto que lo compré sin pensarlo. Una vez pagado,
decidí que tenía que aprovecharlo. Y para aprender a manejarlo (ésa fue la
intención), comencé a escribir ‘Realidad Aumentada’…
2.
¿La imaginación ha
formado parte de su vida desde pequeño? ¿Escribía ya en libretas o en folios?
Siempre me ha
gustado escribir, inventar, crear: en EGB escribí una obra de teatro que luego
la clase interpretó en Navidad, y en esos años escribí artículos para revistas
de videojuegos nacionales, que fueron publicados. Siempre me ha gustado crear,
pensar, inventar, aplicar el famoso “¿Y si…?”. Y he colaborado en programas de
televisión, en revistas nacionales, en blogs, webs y un largo etcétera. Pero
hasta que no empecé a escribir ‘Realidad Aumentada’ no tuve mi primer
acercamiento ‘serio’ (por llamarlo de alguna forma, jejeje) a la escritura de
ficción.
3.
¿Cree que la
creatividad es innata a las personas o que se puede cultivar?
Es totalmente
innata, eso seguro: a todos nos gustan las historias, o la pintura, o la
música… y a todo el que escucha, lee o contempla le gustaría crear. ¿Quién no
ha pensado alguna vez, viendo algo que le gusta, aquello de ‘me gustaría ser
capaz de hacer algo así’? Pues bien, todo el mundo puede crear. El resultado
dependerá de muchos factores: talento, aprendizaje, experiencias… pero la
creatividad está ahí, es inherente al ser humano. Y por supuesto, no sólo se
puede, sino que se debe cultivar.
4.
A la hora de sentarse a
escribir, ¿tiene un lugar predilecto? ¿O puede hacerlo en cualquier sitio?
¡Ésta es una
gran pregunta! Y voy a ser honesto: lo mío, como una vez dije en un podcast, es
un ‘aquí te pillo, aquí te mato’, jejeje. Hay escritores que crean un ambiente
ideal de escritura, en un rincón idílico y con unas condiciones ideales. Pero
los que no somos ‘escritores’, sino sólo ‘personas que escribimos’, tenemos que
aprovechar cualquier momento. Sea en casa, en la mesa de trabajo, o en cualquier
otro sitio, con el portátil. Yo he escrito en sitios realmente inverosímiles,
como un hospital o un aeropuerto. Y es sorprendente la capacidad que puedes
llegar a tener de aislarte del mundo que te rodea y zambullirte en una escena.
5.
¿Escucha música
mientras escribe? ¿O para inspirarse? Si es así, dígame qué tipo de música le
gusta para cada circunstancia.
La verdad es
que no, que no escucho música. A veces lo he hecho, pero si es música que me
gusta al final descubro que estoy distraído pensando en ella. Cuando escribo,
me gusta que haya un murmullo de fondo, el de la calle. Ese ruido te ayuda a
trasladarte a ese ‘otro mundo’ que estás creando fácilmente. Y una vez que
estás dentro, sólo puedes salir cuando terminas una escena o cuando algo o alguien
te interrumpe… vamos, que la vida es la mejor música para escribir, al menos
para mí.
6.
¿Sigue algún patrón a
la hora de crear? ¿Sigue un horario pre-establecido? ¿O simplemente espera a
que le sobrevenga la inspiración para sentarse a escribir?
¿Horario? Sí,
claro… ¡el que puedo! Sinceramente, creo que escribir no es una cuestión de
inspiración. Soy de los que piensa que si tuviera que esperar a que la
inspiración asomara por la puerta, todavía no habría apoyado un dedo en el
teclado. Escribir es como cualquier otra actividad: si te gusta siempre
encuentras un hueco para ella. Si no te gusta, siempre hay una excusa para no
hacerla. Es cierto que hay días en los que te encuentras con más ánimo que
otros. Pero incluso en los días más malos puedes escribir. Ya tendrás tiempo de
revisarlo, reescribirlo o incluso desecharlo luego, en caso de que no te guste.
Total, todas estas cosas lo haces también con lo que escribes los días
‘buenos’…
7.
¿Trabaja con esquemas
previos, fichas de personajes y subtramas o se lanza a escribir a partir de una
idea?
Una mezcla de
todo: tanto en ‘Realidad Aumentada’ como en la segunda novela (con la que estoy
ahora) partí de una idea simple, un concepto sencillo. Creé un entorno y unos
personajes principales. Pero luego la historia te pide cosas nuevas, como
nuevos entornos, situaciones y personajes de todo tipo. De hecho, la propia
historia te pide cambios, y descubres que hasta los propios personajes te piden
cambios sobre aquello que habías pensado para ellos. Las historias están ‘vivas’,
sería absurdo intentar planificar todo al milímetro. Y ésa es otra parte
maravillosa de escribir: creas un mundo, algo nuevo, que no existe. Y como tal,
se rige por una sola regla: tú mandas. Eso es algo tan maravilloso que al final
hace que te impliques al máximo… con la ayuda de tus personajes.
8.
¿Cuál sería su consejo
para todos los que escribimos y seguimos en la sombra?
Siempre digo
lo mismo: no soy la persona ideal para dar consejos a nadie, hay escritores
consagrados y mucho mejores que yo, de los que seguro se puede aprender mucho
más. Pero si de verdad quieres uno —cosa que agradezco—, sería que nunca
dejaras de divertirte con los que hagas. Si te diviertes creando y te diviertes
aprendiendo a crear, ten por seguro que algún día vendrá el reconocimiento:
puede que sea el de una persona, felicitándote; o el de una gran editorial,
comprando los derechos y traduciéndote a varios idiomas. Pero llegará. Y el
primer paso siempre es divertirte con lo que haces: si no te diviertes tú,
¿cómo van a hacerlo los demás?
9.
¿Cómo logró publicar su
primer libro? A todos los escritores noveles nos interesa conocer de primera
mano si nuestros desvelos también han acosado a los editados.
La historia de
‘Realidad Aumentada’ es un tanto curiosa. Como al principio ninguna editorial
la quiso, decidí darla gratis en Internet. Creé una página en Facebook y pronto
el ‘boca a boca’ me desbordó. Cuando me quise dar cuenta estaba en muchos
medios y había superado las 42.000 descargas en sólo cuatro meses. Y entonces
llamó la atención de las editoriales: primero fue una editorial independiente
la que lo editó en papel. Y luego apareció Ediciones B, con una irresistible
apuesta por autores noveles que habían llamado la atención en Internet,
lanzando una línea en digital a precios inferiores a un euro. Y en mayo saldrá
en formato de bolsillo, también a bajo precio. Una gran apuesta, sin duda.
10.
¿Cuáles son sus libros
imprescindibles? ¿Aquellos que le han hecho vibrar?
Uf, son
tantos… me quedo con muchos de Stephen King, un buen puñado de Ken Follet, con
unos cuantos de Douglas Preston y Lincoln Child. Pero sobre todo, con los de
Juan Gómez-Jurado y Manel Loureiro, dos grandes cracks que me están ayudando y
apoyando y que son un referente en este nuevo ‘modelo editorial’ que estamos
viendo nacer en España en estos dos años.
11.
En muchos momentos, al
sentarme frente al ordenador, siento la soledad del escritor. ¿Usted cree que plasmar
nuestros mundos paralelos en el papel es un camino solitario?
Es solitario
en tanto que uno se ‘enfrenta’ a la pantalla, vacía. ¡En mi caso apenas lo
noto, porque el Scrivener se puede poner con el fondo negro, jajaja! Pero —ya
más en serio— pienso que realmente no es un proceso solitario, en tanto que en
el momento en que apoyas los dedos en el teclado entras en un nuevo mundo que
estás creando. Y que está poblado por esos personajes a los que estás dando
vida con cada pulsación de tus dedos. Y nuevos personajes a los que aún no
conoces. Personajes que no sólo ves, sino que además sabes lo que sienten. Son
tuyos, y tú formas parte de ellos. Así que, al menos personalmente, ¡me siento
muy acompañado cada vez que escribo!
12.
Su novela Realidad
Aumentada ha llegado a los primeros puestos de los más vendidos en los
medios digitales y se ha mantenido ahí durante mucho tiempo. ¿Le dedicó mucho
tiempo y esfuerzo a la promoción Online?
No sabría
decirte cuánto es mucho o poco… tampoco sabría definir lo que es la ‘promoción
online’. Ésta puede ser desde poner posts en tu muro de Facebook hasta
contactar con gente conocida para que te echen un cable. Lo que sí es
importante es que si empiezas a trabajar con la red luego has de ser
consecuente: no puedes abrir una página de Facebook o una cuenta de Twitter
para luego no contestar a la gente. Si estás en la red, lo estás para todo. Y
hay momentos en los que es agobiante, te lo aseguro, llega a abrumar. Pero eso
también es un placer, porque significa que lo que has hecho está teniendo
trascendencia. Lo importante es estar ahí. Si lo que has hecho gusta —cosa que
a mí me sigue sorprendiendo— el resto viene solo.
13.
¿Le costó mucho
documentarse para la novela?
No demasiado,
porque en ‘Realidad Aumentada’ hablo de temas que me apasionan, y para los que
documentarme no fue un trabajo, sino un placer. Además hoy en día es muy fácil
acceder a la información. Mucha de ella está en Internet, pero la que no está
ahí también es fácil de localizar gracias a la red. Así, es fácil encontrar
libros o documentales —e incluso personas— que antes hubiera costado meses localizar.
Ahora, en unos cuantos clics es posible encontrar —o saber dónde encontrar—
información de casi de todo. Eso sí, escribir sobre temas que conoces y te
apasionan es una gran ayuda.
14.
¡Cuéntenos sus
proyectos literarios!
En singular,
en singular, jejeje. Ahora estoy escribiendo la segunda novela, que no tiene
nada que ver con ‘Realidad Aumentada’. Quería que fuera un proyecto más grande
y mejor en todos los sentidos, así que lo único que guarda en común con la
primera es que es un thriller. Está ambientada entre el Nueva York del 11 de
septiembre de 2010… y el Auschwitz de febrero de 1944. Y espero mejorar mucho
lo que hice con ‘Realidad Aumentada’, ¡a ver si lo consigo!
15.
Siempre he creído que a
través de las páginas de un autor puedes llegar a su alma. ¿Está de acuerdo
conmigo?
¡Totalmente!
Una novela es un mundo creado por una persona. Podrá estar mejor o peor
escrita, ser rápida o pesada de leer, divertida, triste, emotiva, dura… pero
siempre ha sido creada por una persona. Y por lo tanto ha salido directamente
de su cabeza. Y lo que sale de su cabeza no es otra cosa que una parte
—talento— que va en los genes, junto con otra —experiencia—, que está basada en
su aprendizaje, vivencias, experiencias personales… igual que la cara es el
espejo del alma, creo que un texto —y más una novela— es parte de la proyección
del alma del autor.
16.
Por último, tras
agradecerle su dedicación, me gustaría que sintetizara en una única frase qué
le aporta esta profesión.
Felicidad.
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