Isaac se sincera... (la trama 48)
¡Buenos
días! Abrimos una semana más, una que para mí viene cargada de nuevas
realidades… ¡Seguro que pronto todo volverá a su cauce normal! Ahora me toca
hacer un Kit-Kat y centrarme en la operación y en volver a andar…
Os
dije que tocaba un poquito de Los Cofres del Saber, así que ahí voy. Dejamos a
Isaac con sus hijos, Thanos y Alysa, en el bosque el día en el que el niño
accede a sus dones. Thanos le asegura a su padre que no hay nada que temer…
...Durante
dos años la vida en el bosque había sido placentera para todos, los chicos se
iban adaptando a los dones que habían adquirido y eran capaces de dominarlos
mejor que Isaac a su edad. Kara intuía que su familia guardaba un secreto, un
secreto importante, pero había decidido dejar que fuera su marido quien
confiara en ella en el momento adecuado.
Era
de día, los pájaros cantaban incesantes en las ramas de los árboles, el calor
sofocante del verano arreciaba en los parajes montañosos, el agua del riachuelo
anunciaba su cercanía con un murmullo constante, las risas de los chicos se
escuchaban nítidas, alegres, felices, mezcladas con sus juegos en el agua…
Isaac
se sentó en la roca donde su mujer contemplaba la escena con los pies
chapoteando en el lecho del río. Kara tenía la mirada centrada en los chicos,
con una sonrisa que iluminaba sus preciosos ojos y potenciaba su atractivo.
-Debemos
volver a la civilización. -Isaac le acarició la mano con ternura, la tomó entre
las suyas y la besó-. Han
pasado muchos años desde que tu dueño puso precio a tu cabeza y nuestros hijos
merecen una vida normal, con la posibilidad de darnos descendencia, de
enamorarse, de compartir sus días con otros seres humanos.
Un
miedo repentino ensombreció la expresión de Kara, los recuerdos de su pasado
volvieron con a fuerza inusitada.
-Tienes
razón -aceptó sin rebajar la tensión que se había apoderado de sus músculos-. Nuestros
hijos necesitan integrarse en la sociedad para encontrar su lugar en la vida,
así que si es tu deseo dejar la protección y la libertad que nos ofrecen estos
bosques volveremos a una urbe y nos adaptaremos, pero antes necesito que confíes
en mí, que me expliques qué os hace diferente, qué ensombrece tu mirada cuando
me hablas del futuro, cuál es tu secreto.
Isaac
aspiró una fuerte bocanada de aire y la fue soltando lentamente por la boca. Sabía que esas
preguntas iban a llegar, estaba dispuesto a contestarlas, sin embargo la
angustia tomó su voz en las primeras frases, aquellas que describían el día
lejano en el que accedió a los dones concedidos por su evolución. Habló durante
una hora, compartiendo con Kara cada segundo de su existencia, cada visión,
cada acción, cada uno de los secretos que conformaban una vida. Kara lo escuchó
con atención, cambiando de expresión a medida que comprendía, sintiéndose asombrada,
enternecida, asustada, según su marido le relataba la historia de su
existencia.
-¿Y
estás seguro de que los guardianes de los prigenios no os pueden encontrar? -exclamó
al final con un tono alarmado-. ¿Puedes asegurarme que los niños estarán a
salvo?
-Ellos
son como yo, Kara -aseguró Isaac-. Han nacido con mis mismas capacidades, igual
que lo harán nuestros nietos y sus hijos. ¡Tenemos una misión que cumplir! Se
nos ha encomendado crear una extirpe capaz de decantar la balanza en un futuro
lejano, preparar a las próximas generaciones para liderar una batalla y mi deber
exige darles la oportunidad de enamorarse a Thanos y Alysa. ¡Deben formar una
familia!
-Pues
así será. -Kara se levantó con cuidado, con las lágrimas resbalando por sus
mejillas sonrosadas-. Les concederemos esa oportunidad a pesar de lo que nos
depara el futuro…
Buenos días Pat, hoy por lo menos salgo de las sombras!!
ResponderEliminar¡Buenos días guapa!!!!!
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