Dejar de esperar es dejar de correr..

7:07 Pat Casalà 4 Comments


        ¡Buenos días! Ayer no pude escribir porque empecé a trabajar a las siete de la mañana… ¡Tenía la auditoría de cuentas de las seis empresas! Por suerte la contabilidad está bien y cuadra todo… ¡Uffffff! ¡Qué alivio!
Terminé a las seis y media de la tarde…
       Cada año me pongo nerviosísima cuando viene la auditora, ¿y si encuentra algún fallo? ¿Y si me he equivocado? ¿Y si hay algo que tengo que arreglar? Soy demasiado perfeccionista…
         La auditora es una mujer muy agradable, con altos conocimientos y un grado de competencia elevado. Hacemos pequeños descansos entre empresas, charlamos a veces de cosas insubstanciales y cuadramos todas las cuentas para ofrecer el resultado que arroja una contabilidad bien llevada.
       El único problema es que el trabajo que tengo ese día queda relegado al olvido y hoy tengo que sumarlo… ¡Ufffff! Solo con pensar lo que me espera en el despacho me agobio…
       La verdad es que en semanas como esta me encantaría trabajar menos horas y dedicarme únicamente a escribir. Ayer llegué a casa tarde, cansada, con la cabeza embotada y poca predisposición a un nuevo asalto con LME. El resultado fue un fiasco: pocas palabras, pocas ideas y poco que decirle al papel.
     Tengo claro que no voy a escribir si el tono no es el adecuado, prefiero no terminar la novela rápido. No me espera nadie, no tengo ningún contrato de edición a la vuelta de la esquina ni nadie que espere a que termine. Así que no hay prisa…
       Dejar de esperar también significa dejar de correr. Antes todo lo relacionado con la escritura era un maratón para mí, avanzaba tan rápido que me faltaba el aliento. Quizás por eso mis personajes siempre estaban inmersos en problemas, en acción trepidante, en desasosiegos…
       Ahora escribo diferente, soy consciente de ello. No estoy ansiosa por acabar la novela, sé que no tengo ninguna oferta para publicarla y que el mundo de la edición está complicado y estoy decidida a escribir por ilusión y no por anhelo y vivo la historia a otro ritmo.
     Estoy feliz con este cambio de visión, con mi manera de tomarme las cosas, con la narración que va tomando forma muy lentamente, con dedicar mi tiempo a muchísimas cosas más, con volver a cocinar, con sonreír todo el día, con no estresarme con tonterías, con volver a bailar, a vivir, a sentir….
     ¡Feliz día! J

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4 comentarios:

  1. Pues claro que sí, escribe, vive, disfruta, que al final eso es con lo que te quedas.

    ¡Y nada de temer al auditor, mujer! Están (estaré yo algún día, pronto espero) para ayudar y corregir.

    Buen blog, ¡nos leemos!

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    1. No le tengo miedo a las auditoras... Solo me agobia pensar que me pueda equivocar. ¡Seguro que serás una gran profesional! ¡Un beso!

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