Balance de Amazon
¡Buenos días!
Tras escuchar las alertas de nieve de ayer nos quedamos en Barcelona, ¡y suerte
que lo hicimos! Los alrededores están nevados y las carreteras cortadas. ¡Qué
frío debe hacer en la montaña!
Me voy a
quedar unas horitas dentro de la cama, tapada con el nórdico, aporreando el
teclado, como a mí me gusta. ¡Hay tantas historias rondando por mi cabeza! Y
terminar LME parece algo tan cercano…
Visto con
perspectiva la experiencia de publicar, aunque sea en Amazon y sin la
colaboración de una editorial, es algo que te aporta sensaciones encontradas. A
principio eres feliz al ver tu sueño cumplido. La portada, el booktrailer, las
primeras ventas, los comentarios, los emails
de amigos que se lo han comprado…
Luego viene
aquella obsesión por mirar las listas y los informes de venta constantemente,
como si lo único importante en la vida fuera que el marcador escalara
posiciones. Ahí es donde empieza tu lucha interna para no pasarte el día
mirando, sintiendo, angustiándote o ilusionándote.
Soy una
persona que acostumbra a llevar las cosas al extremo, o todo o nada, así que
adaptarme a esa situación me costó un tiempo y un esfuerzo. Por suerte tengo un
trabajo remunerado que se lleva la mayor parte de mi tiempo, así que poco a
poco rebajé mi dependencia con las ventas.
Las reseñas
que aparecen en la Web son algo mágico cuando son positivas, te dan una energía
que no encuentras en otro rincón, pero cuando te enfrentas a una mala, te
duele. A pesar de que yo soy una persona que escucha y que extrae enseñanzas de
las críticas, cuando leo en un lugar público que una de mis novelas no le ha
gustado a alguien o que no ha sido capaz de acabarla o que es mala, siento una
decepción y me desilusiono. Aunque al cabo de unas horas vuelvo a sonreír. ¡Son
gajes del oficio!
Estar
preparada para encajar cualquier tipo de opiniones es importante si quieres
caminar hacia la publicación, ya sea en papel, en digital, solo o acompañado. Es
imposible contentar a todo el mundo y los gustos literarios difieren mucho de
una persona a otra. Aunque cuando estás empezando las malas críticas pueden
hacerte mucho daño…
La parte de
la promoción fue estresante. El día no tenía suficientes horas para trabajar,
escribir, bailar, los niños, la casa y las redes sociales. Acabé con un estrés
increíble, tomando decisiones erróneas y sintiéndome como no tocaba. Y como
siempre que me enfrento a algo así, luché para dejar atrás esas sensaciones.
Abandoné la
promoción, dejé de mirar las críticas, las listas, los comentarios y de buscar reseñas
en la Web, a no ser que sus autores me enviaran un link para leerla, y empecé a vislumbrar una realidad que clareaba
frente a mí: lo único importante es escribir.
Me ha costado
años entender que es igual si tengo cinco o un millón de lectores, lo que me
llena y me da vida es crear las historias, meterme en la piel de los
personajes, vivir una aventura con mi mente. Y ahora ya no me duelen tanto las
críticas ni me importa si vendo o no vendo ni me paso el día enganchada a las
listas, ¡ahora solo escribo! Si encuentro una opinión positiva, lo celebro, si
me enfrento a una negativa pienso que la próxima vez lo haré mejor. ¡A escribir
se aprende escribiendo!
Por eso busco
mi momento de escritura al día, a pesar de que trabajo más de ocho horas fuera
de casa, de que no quiero renunciar a mis tres horas de baile semanales, de que
tengo dos adolescentes en casa que se llevan una parte de mi serenidad y de mi
tiempo… ¡Escribir me aporta felicidad!
¡Feliz día! J
Lo primero: un muy FELIZ fin de semana :-)
ResponderEliminarRespecto a "lo otro", lo que está claro es que no se puede gustar a todos, ni ¿los grandes? son admirados por todos (ni en literatura ni en cualquiera otra de las artes), así que, es normal que recibas críticas negativas. Lo importante es sacar enseñanzas de esas críticas negativas y hacerles caso solo cuando son constructivas, si son destructivas mejor ningunearlas.
Me alegra mucho que vayas encontrando el equilibrio.
Un beso.
Pues eso, no a todos nos gusta lo mismo, pero eso no quita que al principio cueste encajarlo... ¡Gracias por tus ánimos y por tus visitas diarias! :-)
EliminarQué dilema, ¿no?, Vivir o escribir... Y la vida es corta y el arte es un jugete, que decía Machado.
ResponderEliminarHay que buscar el equilibrio...
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