Serenidad
¡Buenos
días! Mi terraza está mojada… Esta noche ha llovido. A ver si ahora sale el sol
y me puedo ir de paseo por Barcelona con mi marido. ¡Tenemos ganas de pasear!
Este último
mes he descubierto muchísimas maneras de promocionar las obras que utilizan
algunos escritores. Evidentemente no todos hacen lo mismo, pero me parece
alucinante las tretas que se les ocurren a un tanto por ciento de los
autopubilcados. ¡Imaginación al poder!
En mi caso
decidí abandonar la promoción para no volverme loca. Mi ritmo de trabajo diario es frenético y las
pocas horas libres de las que dispongo quiero dedicarlas a mis pasatiempos
favoritos: escribir y bailar.
A veces
pienso en cómo sería mi vida si cambiara de trabajo o lo dejara o me dedicara a
la tarea remunerada solo cuatro horas al día. Sé que si pudiera ingresar algo
digno con las novelas esa sería una situación ideal, pero si dedicarme
únicamente a escribir no me reportara nada mi cabeza no dejaría de increparme y
agobiarme con la necesidad de ser productiva, ¡y no sería feliz!
Supongo que
quien cuenta con casi todo el día para promocionar y escribir encuentra mil
maneras de darse a conocer y de luchar por sus sueños. Y también los hay que
tienen suerte y muchas ventas porque sus obras gustan.
Hubo un
tiempo en el que yo deseaba ser como ellos, vender, escalar en las listas, ser
un número uno… Abarcaba tantísimas cosas en un día que abandoné lo más
importante: escribir. Con la presión tomé decisiones equivocadas, actué sin
medir las consecuencias y caminé zigzagueando hacia un lugar erróneo. ¡Hasta
que exploté!
Cada mañana
os decía lo importante que era ser feliz con lo que se tiene y no con lo que se
desea. Es absolutamente cierto, tanto que necesitaba oírlo una y otra vez para
convencerme a mí misma. Y un día me desperté sin ansiedad, sin agobio, sin
deseos de promocionar ni de mirar las listas ni de saber si había vendido o no.
Aquella mañana de sábado abrí el portátil, busqué unos párrafos que escribí
unas semanas atrás, después de enfrentarme a un momento duro, y los rehíce para
darle forma a una idea incipiente que se
me ocurrió durante la noche… ¡Así nació LME!
En ese
instante se condensaron las palabras de mis últimos posts, la realidad se
asentó en mi interior y una paz desconocida me recorrió el cuerpo, dándome la
visión que necesitaba para relajarme, abandonar las redes sociales y dedicarme
a lo que me llena: a escribir.
Ahora soy
feliz, aunque de alguna manera necesito encontrar esa serenidad para afrontar
las jornadas laborales. Mi jefe me ha pedido que sea Zen, que me relaje, que
intente trabajar con menos presión sobre mí misma. Vale, pues como escribirlo
me funcionó con la escritura, ahora voy a lograrlo con el trabajo. Tranquilidad
y una cosa después de otra…
¡Feliz día! J
:-) Feliz día :-)
ResponderEliminar:-)
EliminarHola Pat!
ResponderEliminarMe alegra mucho saber que te sientes así de bien! Eso es lo más importante. Y estoy contigo, en todo, lo importante es disfrutar de esto, no la obsesión de llegar a un supuesto destino en el panteón de la fama.
Yo, que me conozco, y no soy nada constante, me tomo lo de la promo con mucho relax. Además, vender no es mi afán, sino que la gente pueda acceder a mis cuentos.
Así que imagino que acabaré como tú. Lo mportante es trabajar, escribir y continuar. Los que quieran leernos, ya llegarán :D
Sabes que subí a Amazon mi primer cuento? Estoy emocionadísimo. pero me siento como tú, lo de la promo no es lo mío, y tengo demasiadas cosas como para las RRSS. Aun así le busco huequito.
Te mando un abrazo! me alegro de que te sientas así de bien contigo misma!!
Chris.
¡Gracias Chris! Seguro que tu libro de cuentos es un éxito, ya lo verás. ¡Un beso!
EliminarGracias Pat!! :D Ya te iré contando ;)
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