¿Queréis vivir una aventura?

7:07 Pat Casalà 2 Comments


     ¡Buenos días! Sigue lloviendo… Grrrrrrrr. Hoy toca volver a la vida real, y es que dos días de escritura, películas y tranquilidad dan mucho de sí. La trama se plasma sola, es como si anidara en mi interior y necesitara salir.
     Hay momentos en la vida para luchar y otros para disfrutar. Me ha costado demasiados años encontrar el punto de equilibrio a la hora de escribir y creo que eso se nota en las últimas novelas. Quizás he madurado sin darme cuenta o simplemente he superado la ansiedad y la obsesión de dedicarme a la escritura.       Ahora simplemente escribo por emoción, por impulso y por necesidad.
     Sin la meta inalcanzable de vivir de mis libros, dedicada a la escritura de mi novena novela y con la emoción de continuar con un thriller psicológico que me tiene absorbida, vivo muchísimo mejor. Ufffffff, lo único malo es que mi cabeza no desenchufa, que sigue viviendo las aventuras de mis personajes y llenándome con sus sentimientos.
     Antes escribía sobre temas paranormales porque no me sentía preparada para darle realismo a los textos. Es más fácil describir a una vidente o a una chica con poderes mentales que a alguien de carne y hueso, con sentimientos reales y traumas pasados.
     Meterme en la mente del asesino es algo complicado a veces. Sin embargo ahora fluye solo, como si necesitara encontrar una vía de escape a años de visualización de series y películas policíacas y de lecturas en la misma línea. Mi hermana dice que estoy fatal cuando le cuento cómo piensa mi asesino, incluso se horroriza de que tenga esas ideas en la cabeza. Pero perro ladrador, poco mordedor…
     Recuerdo cuando escribía La Baraja y mi homicida utilizaba un cuchillo para acabar con sus víctimas, cada vez que mi marido me veía con uno en la mano se apartaba diciendo: «¡me das miedo!».
     Mirar a la cara a los sentimientos pasados, encontrar la senda que los plasme en el papel, sacar jugo a las experiencias y vivir una aventura es parte de la escritura. Divertirse, sentir esas cosquillas en los dedos y en el estómago, el hormigueo de la piel sensible mientras describes, el miedo cuando te adentras en las profundidades insondables de una persona con la capacidad de matar, el horror cuando tomas posesión de la víctima o la angustia cuando ves que alguien está en peligro son facetas indispensables para dotar de realismo las escenas.
     Hay momentos en los que lloro, otros en los que sonrío y muchas veces hablo sola mientras camino por la calle o voy en moto. Esas frases que pronuncio son las veces de mis personajes que se adueñan de mi mente. Y así es mi vida: intensa, maravillosa, increíble.
     ¡Qué ganas tengo de que llegue la noche! Tengo una cita fantástica con la novela. ¿Qué os depara el día a vosotros?
     ¡Feliz lunes! J

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