Se acerca Sant Jordi...
¡Buenos
días! La semana aguanta con temperaturas geniales y muchos planes a medias. Los
días adelantan raudos en el calendario para acercarnos a Sant Jordi, el día del
libro por excelencia.
Durante
años el 23 de abril se convirtió en uno de los peores días del año para mí.
Cuando me despertaba sentía el peso de frustración como si fuera un puño que me
estrujaba las entrañas y transitaba por las horas con la cara mustia, casi al
borde de las lágrimas.
¿Se
puede desear tanto lograr un objetivo que el dolor de no conseguirlo se
convierta en algo físico? La respuesta es sí. Es como si vieras el horizonte frente
a ti, pero por mucho que te empeñaras en correr para alcanzarlo siempre estuviera
a la misma distancia.
Han
sido años de lucha para superar la dislexia, plasmar mis mundos paralelos en el
papel, aprender, esperar y creer. Me perdí muchas cosas en el camino, entre
ellas la alegría. Pero eso se terminó. Ya no espero ni anhelo con esa ansia que
me corroía los nervios ni pienso que mi vida irá ligada a la literatura, aunque
no negaré que es lo que me gustaría.
Este
Sant Jordi quiero levantarme de la cama con una sonrisa. No he sido la mayor
vendedora de Amazon, pero he logrado mi sueño de ver los libros publicados y
todavía se venden algunos ejemplares cada día, así que me siento orgullosa de
tener lectores, de saber que mis años de dedicación no han sido en vano.
He
conseguido una editorial pequeña que en 2015 editará El Secreto de las
Cuartetas y, aunque no es lo que siempre soñé, es un comienzo maravilloso, una
posibilidad de tener mi libro en papel, de oler sus páginas, de llenarme con
sus palabras. Y la editorial ha mostrado un interés real, ha tenido un trato
directo conmigo y me ha hecho sentir que vale la pena seguir en la lucha.
Mi
mayor logro ha sido entender que no es necesario vivir de los libros para ser
feliz, aprender a escribir por impulso e ilusión y aparcar para siempre la
ansiedad de lograr un objetivo demasiado elevado. Así he vivido la escritura de
LME… Aunque algunos de mis lectores de siempre me han dicho que le falta acción
(jajajajajaja, eso es falta de ansiedad creativa).
Ayer
leí un artículo de Fernando Gamboa, en súper ventas de Amazon, en el que
contaba que había pasado de esperar una llamada de su agente a subir en las
listas como la espuma. Su agente era mi agente… Es el sino de los representados
por una agencia de renombre, esperar a que su tiempo alcance para tus obras. Y
esas esperas minan la confianza en ti mismo y te hacen dudar de tu capacidad
para crear laberintos en el papel…
¡Feliz
día! J
:-)
ResponderEliminarFELIZ día
:-)
:-) :-) :-)
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