Noche de San Juan
¡Buenos días! Ayer fue la
noche más corta del año, con muchísimas horas de luz, petardos, hogueras,
diversión, coca y cava. Me encanta ver las llamas arañar el cielo con su
crepitar furioso mientras la música y el jolgorio llena las calles. Es una
noche donde niños, jóvenes, padres y abuelos se reúnen con bolsas llenas a
rebosar de petardos para reír sin parar mientras los hacen explotar.
He de confesar que a mí los
ruidos molestos de los estallidos me arrancan un grito muchísimas veces y que
no me gustan, pero solo con ver la cara de felicidad de mis hijos ya sonrío.
¡Si incluso mi marido se atreve con varios petardos!
Dicen que la noche de San
Juan simboliza el triunfo de la luz sobre la oscuridad, por eso se desafía a la
noche con fogatas purificadoras. Los saltos sobre la hoguera son para recargar
las pilas de la buena suerte durante el año y, si se desea un efecto duradero,
siempre hay que saltar un número impar de veces.
Era la noche de las brujas,
una en la que se reunían alrededor del fuego y lanzaban sus hechizos… ¡Me
encantan estas leyendas! A veces me imagino que realmente conviven entre
nosotros personajes mágicos, con la capacidad de ver más allá de la realidad y
traernos experiencias místicas.
Llevo cuatro días de
ensueño, con Ecos del Pasado situado
en el Top100 de Amazon, tres comentarios maravillosos, un sinfín de personas
que me envían mensajes y una ilusión inmensa. Solo por estos inicios vale la
pena la experiencia de presentarme al concurso, realmente las novelas están
para ser leídas…
Mis propósitos para hoy son
diversos. Me gustaría pasar la mañana tumbada en una hamaca sin más
obligaciones que permitir que mi piel se broncee. Luego tengo una comida en
casa de mi madre para celebrar el santo de mi marido. Y por la tarde… Uffff, mi
deseo es retomar DUO, pero no sé si mi cabeza colaborará.
Creo que necesito un poco
de espacio, tengo demasiados flecos que me impiden avanzar con soltura y voy a
trompicones. Quizás mi esfuerzo de escribir cuatro novelas en trece meses fue
tan intenso que ahora me colapsa las neuronas.
Sin embargo me apasiona la
historia que llevo entre manos. Por primera vez desde que empecé a escribir he
logrado algo diferente, sin crímenes que investigar ni fantasía, con un toque
de amor, romance, aventuras e historia. Me apetece acabarla, acompañar a Iris,
a André y a Margaret por los recovecos de sus momentos álgidos y darles una
continuidad en el tiempo…
Ahora estoy dividida entre
varias aguas: promocionar Ecos del Pasado
para lograr un buen puesto en el concurso de Amazon, preparar el viaje a Tailandia
de este verano, pelearme con las notas de mis hijos, decidir si siguen en su
colegio o cambian, escribir, preparar la próxima publicación en papel de El Secreto de las Cuartetas… ¡Demasiadas
cosas en la cabeza!
Tengo claro que la
hiperactividad cerebral me ayuda a trabajar en varios asuntos a la vez, pero me
parece que ahora no consigue abarcar los proyectos con dignidad. Así que
esperaré a que colabore y mientras tanto le daré vueltas a la historia de DUO.
¡Feliz día! J
Es evidente, por lo que manifiestas a través de tus palabras, que el medio ambiente, la capa de ozono, etc. carecen de significado y, personalmente, opino que con aportaciones de este tipo reducirás el número de lectores que puedan sentirse atraídos por tus obras: espero y deseo que entiendas esto como una crítica constructiva y no como un ataque personal.
ResponderEliminar¡Feliz día!
EliminarEs evidente que tu respuesta es poco sincera... En fin, es lo que tiene esto de escribir en público.
ResponderEliminarSi alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.
Eliminar¡Aquí tienes mi sonrisa! :-) ¡Gracias por pasarte por aquí!
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