Día de vacunas...
¡Buenos días! Hoy me temo que la entrada subirá más tarde que de
costumbre… Esta mañana empiezo la clase semanal de yoga que nos ofrecen en mi
trabajo, espero estar a la altura… La han programado al aire libre, en los
jardines de la Maternidad de Barcelona, bajo la copa de unos árboles…
Ayer nos tocaba vacunarnos para no viajar este verano sin
protección. Con mi aversión a las agujas me pasé las horas previas
nerviosísima, sin demasiadas ganas de subirme a la moto e ir a la consulta…
Grrrrrrrr, solo con pensar en las inyecciones me ponía a temblar.
Recuerdo que de pequeña incluso me desmayaba al conocer el
veredicto del médico: «¡inyección!», decía él en broma, y yo empalidecía y
empezaba a protestar. Llegué a esconderme algunas veces para que no me
encontraran, pero no surtía demasiado efecto…
Mi hija y mi marido también estaban inquietos, en cambio mi hijo
parecía tranquilísimo… Durante un rato la doctora nos interrogó acerca de las
vacunas que nos habían puesto a lo largo de nuestra vida. Por suerte yo tengo
la triple vírica y una primera dosis del tétanos… ¡Eso me libró de un pinchazo!
Sin embargo quedaban tres por recibir…
Aixxxxxxxxx, cerré los ojos y pensé: «¡qué pase rápido!». La enfermera
primero me pinchó en el brazo izquierdo, después en el derecho y por último en el
muslo izquierdo. Esta noche no encontraba la posición para dormir cómodamente.
Mi hija se portó súper bien, el niño fue un perfecto paciente y mi
marido se mostró un poco reacio al principio, pero aguantó como un jabato. Tras
pasar por las inyecciones vino la parte más agradable: los consejos básicos a
tener en cuenta en el viaje.
Luego regresé al despacho, donde se acumulaban un montón de
asuntos para resolver cuanto antes. Mi marido también se fue al suyo, a pesar
de la jornada intensiva terminó de trabajar a las nueve y entonces cogió el
coche y se fue a Madrid para pasarse tres días visitando a clientes.
Al llegar a casa me encontré con una preciosa sorpresa. María Angeli
Teherán, del blog El Cementero de los Libros,
hizo una magnífica reseña de Ecos delPasado. Paralelamente recibí un email de otra reseñadora que me ayudó
muchísimo con sus comentarios, ya que me señaló algunos fallos en el manuscrito
que ya he subsanado y me dijo que le había gustado mucho la novela. ¡Un día
redondo!
¡Feliz día! J
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