Los riesgos de la autoedición
¡Buenos días!
El sol brilla en un cielo azul tan nítido que me despierta la ilusión. El olor
y el sonido de una jornada soleada me llenan de paz, como si lograran serenar
cada átomo de mi cuerpo. Estoy feliz, nada puede empañar la felicidad que me
aporta la última aventura literaria, es gratificante descubrir que a pesar de
los pesares Ecos del Pasado sigue ahí, dando guerra en el Top100.
Autopublicar
es un camino escabroso y un arma de doble filo. Un escritor debería ceñirse al
arte creativo, a darle vueltas a la trama, a encontrar una manera de narrar las
peripecias que su mente teje sin cesar. Pero la realidad muestra que esta
posibilidad solo está al alcance de unos pocos.
La maravilla
de Amazon es que permite subir constantes revisiones de los manuscritos sin que
cuenten como una nueva publicación. Evidentemente nadie es perfecto, y menos
yo. El otro día comentaba con una conocida del mundo de las letras cómo me
gustaría tener a un equipo igualito al de Ken Follet… ¡Sería increíble!
El autor de Los Pilares de la Tierra trabaja con
varias personas que se encargan de revisar los manuscritos, buscarle
documentación acerca del tema que trata, señalarle los fallos… Y luego tiene
una editora detrás que se preocupa de los últimos retoques, de la portada, de
la maquetación y de algo tan importante como es la promoción. Ufffff, ¡qué
bonito sería emularle! Pero en los tiempos que corren y la realidad de mi
situación estoy feliz de contar con la posibilidad de realizar todas esas
tareas yo sola.
Porque no
podemos olvidar que subir tu obra a Amazon oculta muchos riesgos. Primero hay
que preparar el archivo de Word siguiendo las premisas de la plataforma. Luego
hay que tener un poco de maña con los programas de imagen para conseguir una
portada perfecta o recurrir a la colaboración desinteresada de una persona
cercana. Eso sin contar que la revisión final que en una editorial tradicional
pasa por tres o cuatro manos, la haces tú con ayuda de tus lectores beta.
Cuando has
salvado los primeros escollos y le das al «guardar y publicar», empieza una
tarea muy importante: conseguir darle visibilidad a la novela. Para mí es la
parte más difícil, porque hay muchísimas obras buenas en Amazon y destacar
cuesta un esfuerzo.
En mi caso las
horas que necesito para promocionar son las mismas que antes usaba para
escribir. Trabajo muchas horas fuera de casa, tengo una importante responsabilidad
en el trabajo y no puedo dedicarme a las letras el tiempo que desaíra. Sin embargo
continúo al pie del cañón, escribiendo a ratos, promocionando en otros,
releyendo en algunos…
La magia de la
cercanía con los reseñadores me ofrece la posibilidad de corregir algunos
errores tipográficos del primer manuscrito. Ya he subido cuatro revisiones a
Amazon, cada una de ellas con mejoras. Esas aportaciones anónimas y privadas
suelen alegrarme el día.
Por suerte en
poco tiempo tendré una versión revisada de El Secreto de las Cuartetas, gracias
a la editorial Javisa23. Os dejo el enlace a una reseña realizada por Selin. Parece
que le ha gustado el libro…
¡Feliz día! J
0 comentarios: