Un mes después...
¡Buenos días!
Hoy me levanto tarde, con la ilusión como compañera y muchísimo que agradecerle
a la vida. Buenos amigos, familia unida, trabajo, salud y un éxito inesperado.
Os prometí una
foto, aquí la tenéis. Ecos del Pasado
resiste los embistes del paso del tiempo y sigue en el Top100 cuando se cumple
un mes de su publicación en Amazon. Mucho he pasado desde ese viernes de
madrugada cuando le di al «guardar y publicar»…
De momento
nada empaña mi felicidad. Tras largos y arduos años de trabajo, ilusiones rotas
y mucho empeño, al fin veo una luz radiante en el horizonte, una que me anuncia
que vale la pena continuar creyendo en los sueños y no desfallecer nunca.
Levantarse por
la mañana con la sensación de que ese será el último día de emociones fuertes e
irse a la cama por la noche con la sonrisa puesta es una sensación que me llena
de energía positiva y me hace valorar cada una de las personas que me acompañan
en el camino desde los inicios.
¿Quién me lo
iba a decir ese veinte de junio que tras un mes estaría tan feliz? Gracias a
mis compañeras y fieles lectoras beta hoy
puedo celebrar este increíble mes. Ellas creían más en mí que yo misma.
¡Gracias chicas!
No ha sido
fácil llegar hasta aquí, no he dejado de encontrar piedras en el sendero ni de
darme cabezazos contra lo que no debería, pero una vez superados esos escollos
sé qué alianzas tengo y cuáles son mis verdaderos apoyos en esta vida. Cuento
con un sinfín de gente a mi lado que me hace sonreír, con eso me basta.
Ayer pasé una
velada maravillosa al lado de unos amigos con los que me siento genial.
Compartir instantes con ellos me demuestra la magia de la vida y la capacidad
del tiempo de ofrecerme pequeños tesoros que guardar en la memoria.
Nos pasamos la
tarde en la piscina, charlando a la vera de una tarde nublada, calurosa y
húmeda. Las tres mujeres nos pusimos al día de los acontecimientos recientes,
con risas, ánimos y jolgorio. Ellos se bañaron, conversaron y también rieron.
¿Qué sería de una reunión de amigos sin las risas y las ilusiones?
Al caer la
noche nos fuimos a un chiringuito de playa, iluminado por la luz de las velas
que crepitaban sobre las mesas, con una música de fondo un poquito alta para mi
gusto, y cenamos juntos frente al mar, mecidos por las olas serenas que traía
el Garbí.
Hoy termina mi maratón de comidas y cenas con
un almuerzo en casa de mis padres. Me quedan apenas dos semanas para colgar el
letrero de «cerrado por vacaciones»… ¡Ya respiro la tranquilidad del verano!
¡Feliz día! J
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