No quiero despertar
¡Buenos días!
Despertarme acompañada del canto de los pájaros me concede el privilegio de
sentir una paz serena en mi interior. Hace poco sol, el día es más fresco que
ayer y parece que la calle duerme, porque escucho pocos coches circular por
ella.
Cada mañana me
levanto con la sensación de que durante la jornada se terminará el sueño en el
que vivo desde que le di al «guardar y publicar» la novela Ecos del Pasado a las 00:34 del veinte de junio. Los años me han
concedido la virtud de la prudencia y ya no construyo castillos en el aire.
Durante las
veinticuatro horas siguientes veo cómo el marcador de ventas sube hasta
alcanzar cifras increíbles. Cuando vuelvo a meterme en la cama, tras un día
lleno de emociones, cuento las descargas de la novela y sonrío. Es como si tras
años de lucha alcanzara un pedacito de ese cielo que ansiaba de pequeña.
Son ya más de
doscientas ventas en dieciséis días, sin bajar de ese Top100 que antes me
parecía quimérico. Un sueño del que no quiero despertar, aunque tengo claro que
llegará el día en el que abra los ojos, mire hacia atrás y sonría por el camino
recorrido.
Estos últimos
años he logrado dar un paso enorme hacia delante, por fin he aparcado esa
necesidad imperiosa de conseguir metas imposibles, la frustración ha dado paso
a la ilusión de escribir sin pensar en el futuro de mis obras. La cercanía de
personas que han demostrado con creces su aprecio me llena de una energía
imposible de detener.
Hay momentos
en los que me descubro con la mirada en otros tiempos y no logro entender cómo
llegué a ese punto. Por suerte ya no pregunto dónde se compra la paciencia ni
espero a que algo mágico suceda. Mi vida es fabulosa, me siento acompañada por
mi familia y amigos y ya no zozobro a la deriva.
Sigo con mi
visión idílica de la gente, no quiero ni pienso ver la parte negativa de los
demás, a pesar de que a veces hay actos que esconden un arma de doble filo.
Desde que abrí el blog he entrevistado a muchos autores autopublicados con la
intención de ayudarles en su carrera. Jamás he escrito públicamente los fallos
que encuentro en las novelas que leo, y menos cuando conozco a la perfección
las dificultades que entraña erigirse en autor y editor a la vez.
Últimamente mi
cabeza no colabora demasiado en la escritura de DUO. La tengo alterada con
tanta emoción y me cuesta centrarme en la historia de Iris, de André y de Margaret.
¡Ojalá los días fueran de treinta y cinco horas! Seguro que entonces conseguiría
escribir, corregir, promocionar…
¡Feliz día! J
Enhorabuena, Pat. No solo por el éxito de tu novela sino por los cambios que has tenido en tu vida que te han llevado a disfrutar m´s con lo que tienes que con lo que anhelas. Gracias amiga, nunca olvidaré aquella entrevista que me hiciste par tu blog cuando no me conocía nadie. Un beso
ResponderEliminarGracias a vosotros, María José. Me enseñasteis muchísimo con las respuestas y luego el tiempo ha ayudado a ponerlo todo en su lugar. ¡Mil besos! :-)
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