Emociones a destajo
¡Buenos días! Por primer año ayer
salí a la calle con alegría, sin agobiarme ni derramar ninguna lágrima. ¡Fue
increíble! Paseé con mis padres, mi hermana y Óscar por la Rambla Catalunya,
mirando las paraditas de libros, y acabé en la firma del marido de mi prima,
comprándole dos ejemplares dedicados para regalar.
Cada día recibo muestras de
cariño de personas que han compartido un instante de mi vida. Algunos solo
estuvieron de paso, pero ahora quieren acompañarme en mi nueva aventura,
emocionándose por la publicación de mi libro.
Cuando el móvil vibra para
traerme mensajes de gente que desea comprar mi libro, asistir a la presentación
o decirme que quiere mi firma en un ejemplar, me alegra el día. Y últimamente
me pasa con asiduidad. Se vuelcan, se alegran y muestran una auténtica ilusión
por acompañarme en estos momentos tan emotivos.
Sonrío. Es bonito sentirme
respaldada después de tantos años de lucha. Si pudiera dotar de emociones las
palabras las llenaría de intensidad, con notas felices, toques de alegría,
paletas de armonía y muchísimas lágrimas llenas de euforia.
Quizás mi suerte es escurridiza, pero
vale la pena el camino, el esfuerzo y el tesón para descubrir esas muestras de
amistad a destajo, para compartir con los demás este pequeño triunfo, para
avanzar hacia una nueva percepción del mundo, donde los deseos cobran otra
dimensión y los compañeros de viaje son una parte importante de mi día a día.
¿Qué sería de mí sin mi grupo de betas? Son parte de mi inspiración, ese
extraño ente caprichoso y responsable de las casi catorce novelas que
almacenan polvo en el disco duro del Mac. La fuerza necesaria para continuar la
encuentro en las cosquillas abdominales al descubrir nuevas ideas para las
tramas, en el hormigueo de mis dedos al acariciar un teclado, en los
pensamientos que suelen aparecer de improviso y me llevan a un mundo lejano,
donde todo es posible.
Escribir es mi pasión. Ahora toca
creer en los manuscritos, darles vida más allá de mis seis betas, de las conversaciones improvisadas donde charlamos alegremente
de personajes, tramas, ideas… Durante los últimos años solo me he dedicado a
escribir, sin mirar más allá, dejándolo todo en manos del destino y de mi
antigua agente.
Quiero tomar las riendas de mi
vida literaria, buscar salida a mis deseos de conseguir un pedacito de ese
cielo azulado que clarea en el horizonte. Y sé que nada de eso sería posible
sin la presencia de mis lectores, de mis amigos, de mi familia, de mis beta, de los compañeros de viaje…
¡Gracias de corazón por conseguir que mi vida sea una paleta llena de colores
vivos!
¡Feliz día! J
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