Amor y romanticismo
¡Buenos días! Hoy es el cumpleaños de mi marido…
¡Cómo pasa el tiempo! Después de veinticuatro años juntos, dos hijos y muchos recuerdos,
me parece increíble que todavía tengamos esa conexión de antaño.
Ayer salimos a celebrarlo con nuestro hijo, Irene
continúa en Estados Unidos, con mil experiencias interesantes y un sinfín de
anécdotas para contar cuando regrese el próximo día veinticuatro.
A veces no nos hace falta escribir las historias
para que sean geniales, cuando te rodeas de personas fantásticas y consigues
caminar por la vida junto a una pareja con quien te sientes feliz no hay nada
imposible. Quizás por eso mis amores inventados son tan idílicos.
¿A quién no le gusta un poco de romanticismo?
Escribir sobre flechazos es una gozada, imaginar las sensaciones cada vez que
preparas una cita, la aceleración del ritmo cardíaco, aquellas cosquillas
abdominales del principio, la ansiedad emocionada…
Mis últimas dos novelas son parecidas, pero con
diferentes edades de los protagonistas. Mi querida Senda está con la adulta,
tras terminar la New Adult, y confirma rasgos similares en las tramas. Aunque
no es lo mismo la conversación de dos jóvenes que la de dos treintañeros, ¿no?
Creo que a veces mi mente funciona como un
catalizador, busca constantemente superarse, llegar a explicar una misma
historia de diferentes maneras para encontrar la mejor a la hora de desarrollar
las tramas. PELN es un amor cocinado a fuego lento, con instantes álgidos y un
misterio a resolver, donde los protagonistas exploran sus sentimientos en un
lugar espectacular. RANP tiene los ingredientes necesarios para encender la
libido de los lectores, con la emoción de acompañar a Aurora en nuevas experiencias
y un trasfondo intenso que la llevará a mostrarse asustada en muchos instantes.
Intriga, amor, romance, angustia… En las dos
novelas hay una parte tierna y otra cargada de tensión. Muchas veces el pasado reciente
tiende a desestabilizar el ahora conformando una situación difícil de asumir.
Tanto en PELN como en RANP la protagonista esconde un secreto, aunque cada uno
de ellos es diferente.
La misma historia contada desde dos puntos de
vista…
En cambio Dúo
es un romance salpicado de instantes y anécdotas para guardar en la memoria,
una saga familiar, un devenir truncado por el destino. Y, aunque también prevalecen
los secretos del pasado, transcurre diferente, con un ritmo completamente
alejado de mis dos últimas novelas.
Quizás me quede en este género para siempre, el
romántico… Ecos del pasado sigue
vendiéndose bien después de un año y un mes de subirla a Amazon, eso es una
buena señal de que gusta cómo lo escribo, ¿no?
Seguiré explorando la manera de explicar historias
románticas…
¡Feliz día! J
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