Transilvania, Vlad, Úrsula, Andrea y Eduardo........

8:22 Pat Casalà 3 Comments

            Bien. ¡Me gusta el libro que estoy leyendo! Eso es genial después de tantos que me costaban un esfuerzo. A mí leer tramas y ver series y películas me ayuda un montón a que mi cabeza siga tejiendo tramas interesantes, tanto cuando duerme como cuando está despierta.
            ¡Esta noche he soñado que me publicaban El Secreto de las Cuartetas! No os asustéis, no me ha vuelto aquella obsesión de publicar, más bien estoy convencida de que eso quizás no llegue nunca, pero mi subconsciente ha decidido concederme el placer de vivir una experiencia súper agradable por unas horas, ¡y ha decidido dejarme dormir! No es muy habitual que me despierte tan tarde, así que hoy casi no me queda tiempo para escribir.
            El sueño ha sido tan intenso que cuando me he despertado he necesitado un rato largo para decidir si todo había sido producto del estado onírico o era real como la vida misma. Al levantarme de la cama y prepararme el desayuno no he tardado en ubicarlo todo en su lugar y en olvidar las colas para firmas donde encontraba a amigos reales y virtuales con una enorme ilusión, la visión del libro en la estantería del FNAC,… ¡Pero ha estado genial! Lo que más ilusión me ha hecho ha sido darles rostro a mis amigos de la red.
            Vámonos a la historia. Deberíamos hacer un paréntesis en la trama y replantearnos otra vez la historia de Úrsula y Andrea, así como la de Eduardo. A ver qué os parece así:
            Las hermanas viven junto a su familia en una casa medio en ruinas en Transilvania, cercana al lugar donde vivió Vlad el Empalador, la figura histórica en la que se han basado las historias de Drácula. Ellas son descendientes bastardas de esa figura histórica, un antiguo miembro de una de las familias poseedoras del secreto de los cofres.
            El príncipe valquio descubrió en su niñez el cofre que su padre guardaba en un lugar secreto, siguiéndole en la oscuridad de la noche por el castillo donde vivían. Cuando la casa dormía al día siguiente leyó las palabras escondidas en el interior del cofre, eran unas palabras en un idioma extraño, costaba pronunciarlas y entenderlas, así que el chico buscó la manera de entenderlas.
            Durante una semana acudió al lugar de noche y repitió una y otra vez la obsesiva tarea de leer e intentar entender el contenido de aquella escritura que su padre había guardado con tanto celo. Era como si aquel escrito lo llamara, lo hipnotizara, lo hechizara. Soñaba en él día y noche, con una sensación interna que le despertaba cosquillas en el abdomen y una frenética necesidad de descifrarlo.
            Pasados diez días logró su cometido. De repente las letras salieron de la hoja amarillenta adquiriendo una forma tridimensional, bailando ante sus ojos con un resplandor azulado, como si de la tinta que las constituía salieran pequeñas luciérnagas. Le rodearon la cabeza formando una esfera llena de palabras nuevas, rehechas a partir de las mismas letras que poblaban desordenadas el papel. Entonces la leyó sin necesidad de verlas, era como si se hubieran impregnado en su cabeza, como si se hubieran metido en ella para formar párrafos enteros.
            A partir de ese instante se despertó en Vlad un instinto nuevo. Era como si fuera capaz de escuchar a la naturaleza, como si pudiera ver más allá de las cosas, como si pudiera comunicarse con todo el mundo sin abrir la boca. Había llegado a ver una parte del conocimiento que sus antepasados enterraron en los cofres, pero al poseer sólo una parte su cerebro no era capaz de adaptarse, por eso se crió como un niño cruel y despiadado, con unos poderes que ni dominaba ni entendía y una sed de sangre que se le despertaba al sentir la extraña fuerza que emanaba de su cerebro manipulado.
            La familia de Úrsula y Andrea no había heredado el cofre ni nada parecido, eran simples peones en una historia muy antigua, pero poseían los genes necesarios para despertar al monstruo, por eso el hombre del bar elige a Úrsula para la misión de encontrar otro de los cofres.
            Eduardo encuentra a Andrea entre las llamas porque se pierde cuando va de excursión al lugar donde vivió Vlad el Empalador. Es de noche y las llamas lo atraen, como si en aquella casa estuviera su destino.
            ¿Qué os parece mi historia?
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3 comentarios:

  1. Muy bien!!! Ahora ya empieza a tomar el rumbo que me gusta :D Lo de los cofres de Vlad me parece algo bastante innovador y original, estoy deseando ver cómo sigue :D
    Así que Fiona no es mala mala, sino que ha sido influida negativamente por el hombre del bar...bueno, así la odiaré menos, pero me sigue cayendo mal :(
    Bueno, pues seguiré atenta a las entradas :D Un beso, guapa!

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  2. Que guay!!! Pero es una historia con mucha fuerza. Si decides continuarla debe ser el tema principal sobre el que gire la historia, estar relacionado con Eduardo y con Jaime (aunque creo que esa ya es tu idea). Pero mola!! MOLA MUCHO!

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  3. ¡Enone! Gracias por tus palabras. Lo de inventar cada mañana un trocito de la trama con ayuda de los comentarios es súper interesante....
    Fiona-Úrsula sigue siendo mala, aunque con el tiempo iremos descubriendo su lado humano (¡todo mal tiene uno!)
    ¡M!!!! ¿Qué voy a hacer cuando no te pueda preguntar si el anónimo eres tú????? Oye, me mola que te mole, jajajajaja. ¡Me voy a guardar un poquito de inspiración para arreglar La Baraja! ¿Eso te mola también????
    UN BESO EMORME PARA LAS DOS

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