¡Eres tú!... La trama 45
¡Buenos
días! Empezamos una nueva semana cargada de novedades interesantes. ¡Hoy voy a
tener fecha para la operación! Me parece maravilloso datar por fin la evolución
de mi rodilla y saber cuándo más o menos voy a volver a mi vida normal.
Dejamos
a medias la trama de Los Cofres del Saber, ¡llevo tantos días con millones de
cosas en la cabeza que no he tenido tiempo! Bien, hoy vamos a ver qué pasa
entre Sara e Ignacio….
“Nos
separamos despacio, con el sabor de los besos enredado en nuestro anhelo. Mi
cuerpo deseaba más, necesitaba seguir unida a ese hombre al que llevaba tantos
años amando, quería poseerlo. Me volví a acercar a él con la lujuria recorriéndome,
pero Ignacio se tapó los ojos con las manos e interpuso una distancia entre
nosotros.
-¿Qué
pasa? -pregunté con el regusto amargo de la frustración-. ¿No me quieres? ¿No
me deseas? ¡No te entiendo! -me encendí-. ¡Has dicho que sentías lo mismo que
yo! ¡Que llevas toda la vida suspirando por mí! ¿Y ahora me rechazas?
Ignacio
se destapó los ojos, su mirada estaba velada por la angustia y la tristeza, podía
leer en sus pupilas el duelo interno que mantenía y la intensidad de los
sentimientos que deambulaban por su interior.
-Te
deseo, Sara -dijo apenas en un susurro-. Te deseo más que a nada en el mundo, pero
si me entrego a ti toda mi concentración desaparecerá y moriremos. La única
manera de estar juntos es encontrar el cofre y vencer al hombre de los ojos
negros.
-¿Por
qué? -La incomprensión se palpaba en mi cara-. No entiendo qué puede solucionar
ese cofre ni porqué llevas toda la vida escapando de tus sentimientos.
Durante
unos segundos descubrí la indecisión en el interior de Ignacio. Al fin, suspiró,
me miró y empezó a hablar.
-Te
he contado la historia de los prigenios y de los guardianes, todas las atrocidades
que en nombre de la humanidad han cometido durante los últimos milenios, pero
no te he explicado que cien años después del nacimiento de los prigenios un
nuevo evolucionado vio la luz en un pueblo de las montañas. Era un niño con
poderes asombrosos, tan asombrosos que logró bloquear sus ondas cerebrales para
que los guardianes nunca lo encontraran.
Mi
respiración se fue acompasando a medida que iba interiorizando sus palabras.
-¡Tú
también puedes hacer eso! -exclamé intuyendo parte del relato posterior-. ¿Hay
otra evolución? ¿Más personas como tú?
-Cuando
Isaac descubrió lo que sucedía se fue a vivir solo a las montañas, como un ermitaño.
Durante años intentó averiguar si existían otras personas como él, pero
descubrió que estaba solo, que su caso debía atender a alguna mutación genética
que por alguna razón desconocida sólo se había dado en él. -Su voz iba
adquiriendo tintes misteriosos-. Isaac recibía imágenes inconexas del futuro,
igual que hicieron los prigenios. A través de esas profecías descubrió al
hombre de los ojos negros, sus intenciones y las dos opciones que el destino
concedía: que fuera aniquilado por un digno sucesor de Isaac o que lograra
dominar a los humanos. Por eso cuando Kara apareció en su vida supo que había
llegado la hora de perpetrar una saga de personas preparadas para acatar ese
cometido y que de sus descendientes sólo uno iba a ser capaz de enfrentarse a
Vladymir. ¡Los demás esperarían pacientes a que el destino decidiera y entonces
podrían decidir qué hacer con los cofres del saber!
Se
calló un instante para que yo misma acabara de delinear la historia y la
conectara con el presente.
-¡Eres
tú! -grité conmocionada por lo que acababa de descubrir-. ¡Tú eres el digno
sucesor! ¡Eres un descendiente de Isaac! ¿No es cierto?
Ignacio
se limitó a asentir.”
¿Os
ha gustado? ¡Pasad un gran día!
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