¡Suerte que puedo escribir!

9:18 Pat Casalà 2 Comments


           ¡Hola! Hoy el sol vuelve a llenar el cielo de armonía y me ayuda a encontrar palabras para expresar sentimientos. ¡Qué maravilloso es despertarse en la montaña! El piar de los pájaros me acompaña mientras pienso qué os voy a contar. El azul del cielo que se ve desde la ventana es nítido, intenso, mágico.
            Ha pasado un mes y diez días desde que me caí esquiando, mi ligamento sigue roto y falta casi un mes para que el médico considere suficientemente curado el hematoma de la tibia para operarme, así que tengo bastantes días de inactividad por delante. ¡Suerte que tengo mi afición por la escritura! ¡Creo que si no pudiera pasarme las horas imbuida por las novelas y las lecturas de otros autores acabaría con un ataque de nervios!
            En abril se cumplirá un año desde que decidí iniciar este blog. ¡Me parece mentira que hay conseguido cumplir a rajatabla mi propósito de escribir cada día! La experiencia está siendo maravillosa y desde aquí quiero lanzar un agradecimiento enorme a todas las personas que han seguido mis pasos a través de mis palabras.
            Contar historias es algo que me acompaña desde niña, algo por lo que siempre he suspirado y que muchas veces me había reportado algún que otro problemilla, la manera en la que mi mente fusiona realidad y ficción a veces era confusa para una niña de corta edad, aunque con los años fui aprendiendo a disfrutar de esa capacidad de sentir y vivir en la piel de otros sólo con cerrar los ojos e imaginar.
            Estoy leyendo mi última novela en busca de fallos de coherencia, algo que debo hacer cuando acabo de escribir. La verdad es que cuando me enfrento a mis propios textos y descubro los laberintos que mi mente ha tejido en el papel a una velocidad vertiginosa muchas veces me sorprendo de haber sido capaz de algo así. ¡Me parece increíble que eso lo haya escrito yo!
            Ya os he explicado que cuando me siento delante del ordenador la historia se va tejiendo con una facilidad pasmosa, descubriendo curvas y recovecos cada vez que mis dedos surcan el teclado. Y cuando termino de dejarme llevar por la frenética necesidad de dejar escapar todas las tramas que me inundan debo leer dos o tres veces el manuscrito para descubrir pequeños fallos de guión.
            Creo en la magia de la imaginación, en indagar mucho en los mundos paralelos que cada día aterrizan en mi mente para crear un cúmulo de sensaciones e ilusiones. Y por eso tengo un lema: “si escribes algo que no tenías previsto, adapta la historia a ese giro inesperado, ¡seguro que sorprende al lector!”. Y eso hago, sigo adelante con la nueva idea, caminando hacia otro lado y dando un rodeo distinto al que me había imaginado para llegar irremediablemente a aquel final que mi cabeza conserva inalterable.
            Por eso ahora leo, leo y releo buscando pequeños cabos sueltos, empapándome con la historia completa, delineando la evolución de cada uno de los personajes y permitiendo que algunas partes inconexas encuentren su sendero. ¡Y me encanta leer y releer! ¡Me encanta detectar donde la trama flojea y donde engancha! ¡Me encanta borrar partes absurdas e incluir nuevas más interesantes!
            El proceso de escribir, crear y plasmar los mundos imaginarios en el papel es solitario y maravilloso. Cuando las cosquillas de la inspiración me inundan me siento flotar, gravitar en un lugar donde la emoción acompaña mi cometido y soy capaz de estar horas enteras pegada al portátil, sin comer, sin dormir, sin pensar en otra cosa que en mis personajes, en sus devenires, en sus aventuras.
            Hubo un tiempo en el que perdí esa ilusión, esa maravillosa visión de la escritura, esa manera de vivir intensamente algo que me llena de una manera tan brutal. Entonces me dejé llevar por la frustración de no tener lectores, de acumular las novelas en el disco duro, de esperar, esperar y esperar a que algo inesperado me llevara a las estanterías de las librerías.
            Hace poco un chico muy inteligente me dijo que la mejor terapia para abandonar esa frustración ha sido e blog, tener lectores por primera vez en mi vida, saber que no todo son palabras huecas. ¡Y sí! ¡Tiene razón! ¡Sin vosotros jamás hubiera recuperado la emoción de escribir! ¡Así que mil millones de gracias por estar ahí!
            ¡Os deseo un gran día!

            

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2 comentarios:

  1. Pat, me gusta tu lema y lo comparto. Creo que si yo mismo me sorprendo del giro hacia el que me lleva la historia, también sorprendera al lector. Como tu soy incapaz de plantearme un guión previo. Cuando he escrito uno y he terminado la novela, no se parecen casi en nada, asi que me lanzó a la aventura con sólo una idea básica. Admiro a los escritores que pueden planificar lo que pasará en la página 150, pero yo soy incapaz.
    Ánimo con la corrección, que para mi es lo más pesado. Y a pensar en la continuación, que vas lanzada.
    Un abrazo.

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  2. ¡Gracias por tus ánimos José Antonio!!! Yo sigo deseando esa barita mágica que corrija sola.... Jajajajajaja. pero ante la evidencia de que no va a aparecer, ahí estoy, buscando fallos!!!! Te deseo una gran semana!!! ¡Un beso!!!!

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