¡Suerte que puedo escribir!
¡Hola! Hoy el sol vuelve a llenar el cielo de armonía y me ayuda a
encontrar palabras para expresar sentimientos. ¡Qué maravilloso es despertarse
en la montaña! El piar de los pájaros me acompaña mientras pienso qué os voy a
contar. El azul del cielo que se ve desde la ventana es nítido, intenso,
mágico.
Ha pasado un mes y diez
días desde que me caí esquiando, mi ligamento sigue roto y falta casi un mes
para que el médico considere suficientemente curado el hematoma de la tibia
para operarme, así que tengo bastantes días de inactividad por delante. ¡Suerte
que tengo mi afición por la escritura! ¡Creo que si no pudiera pasarme las
horas imbuida por las novelas y las lecturas de otros autores acabaría con un
ataque de nervios!
En abril se cumplirá un
año desde que decidí iniciar este blog. ¡Me parece mentira que hay conseguido
cumplir a rajatabla mi propósito de escribir cada día! La experiencia está
siendo maravillosa y desde aquí quiero lanzar un agradecimiento enorme a todas
las personas que han seguido mis pasos a través de mis palabras.
Contar historias es algo
que me acompaña desde niña, algo por lo que siempre he suspirado y que muchas
veces me había reportado algún que otro problemilla, la manera en la que mi
mente fusiona realidad y ficción a veces era confusa para una niña de corta
edad, aunque con los años fui aprendiendo a disfrutar de esa capacidad de
sentir y vivir en la piel de otros sólo con cerrar los ojos e imaginar.
Estoy leyendo mi última
novela en busca de fallos de coherencia, algo que debo hacer cuando acabo de
escribir. La verdad es que cuando me enfrento a mis propios textos y descubro
los laberintos que mi mente ha tejido en el papel a una velocidad vertiginosa
muchas veces me sorprendo de haber sido capaz de algo así. ¡Me parece increíble
que eso lo haya escrito yo!
Ya os he explicado que
cuando me siento delante del ordenador la historia se va tejiendo con una
facilidad pasmosa, descubriendo curvas y recovecos cada vez que mis dedos
surcan el teclado. Y cuando termino de dejarme llevar por la frenética
necesidad de dejar escapar todas las tramas que me inundan debo leer dos o tres
veces el manuscrito para descubrir pequeños fallos de guión.
Creo en la magia de la
imaginación, en indagar mucho en los mundos paralelos que cada día aterrizan en
mi mente para crear un cúmulo de sensaciones e ilusiones. Y por eso tengo un
lema: “si escribes algo que no tenías previsto, adapta la historia a ese giro
inesperado, ¡seguro que sorprende al lector!”. Y eso hago, sigo adelante con la
nueva idea, caminando hacia otro lado y dando un rodeo distinto al que me había
imaginado para llegar irremediablemente a aquel final que mi cabeza conserva
inalterable.
Por eso ahora leo, leo y
releo buscando pequeños cabos sueltos, empapándome con la historia completa, delineando
la evolución de cada uno de los personajes y permitiendo que algunas partes
inconexas encuentren su sendero. ¡Y me encanta leer y releer! ¡Me encanta
detectar donde la trama flojea y donde engancha! ¡Me encanta borrar partes
absurdas e incluir nuevas más interesantes!
El proceso de escribir,
crear y plasmar los mundos imaginarios en el papel es solitario y maravilloso.
Cuando las cosquillas de la inspiración me inundan me siento flotar, gravitar
en un lugar donde la emoción acompaña mi cometido y soy capaz de estar horas
enteras pegada al portátil, sin comer, sin dormir, sin pensar en otra cosa que
en mis personajes, en sus devenires, en sus aventuras.
Hubo un tiempo en el que
perdí esa ilusión, esa maravillosa visión de la escritura, esa manera de vivir
intensamente algo que me llena de una manera tan brutal. Entonces me dejé
llevar por la frustración de no tener lectores, de acumular las novelas en el
disco duro, de esperar, esperar y esperar a que algo inesperado me llevara a
las estanterías de las librerías.
Hace poco un chico muy
inteligente me dijo que la mejor terapia para abandonar esa frustración ha sido
e blog, tener lectores por primera vez en mi vida, saber que no todo son
palabras huecas. ¡Y sí! ¡Tiene razón! ¡Sin vosotros jamás hubiera recuperado la
emoción de escribir! ¡Así que mil millones de gracias por estar ahí!
¡Os deseo un gran día!
Pat, me gusta tu lema y lo comparto. Creo que si yo mismo me sorprendo del giro hacia el que me lleva la historia, también sorprendera al lector. Como tu soy incapaz de plantearme un guión previo. Cuando he escrito uno y he terminado la novela, no se parecen casi en nada, asi que me lanzó a la aventura con sólo una idea básica. Admiro a los escritores que pueden planificar lo que pasará en la página 150, pero yo soy incapaz.
ResponderEliminarÁnimo con la corrección, que para mi es lo más pesado. Y a pensar en la continuación, que vas lanzada.
Un abrazo.
¡Gracias por tus ánimos José Antonio!!! Yo sigo deseando esa barita mágica que corrija sola.... Jajajajajaja. pero ante la evidencia de que no va a aparecer, ahí estoy, buscando fallos!!!! Te deseo una gran semana!!! ¡Un beso!!!!
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