La Luna Azul
¡Buenos días! Hoy
me he despertado más tarde… ¡Tengo una reunión a las 17:00 y necesitaba tiempo
para ir al gimnasio a hacer mi rehabilitación diaria!
Ayer me di cuenta
de algo que me arrancó una sonrisa enorme: el día 31, cuando publiqué La Luna
de Ónixon en Amazon, se dio el fenómeno llamado la luna azul. Se denomina así a
la segunda luna llena ocurrida durante un mismo mes del calendario gregoriano,
algo que sólo sucede cada dos años. ¡Y le tocaba el día 31 de agosto! ¡Y yo sin
saberlo! ¡Parece otra de mis señales!
No tenía ni idea
de que existía un fenómeno llamado así ni mucho menos que el día en el que
salió mi novela por primera vez a la venta fuera a aparecer una luna azul en el
cielo. Y como La Luna de Ónixon va de un mundo azul y en el título aparece una
luna, cada vez que alguien publicaba en Facebook o en twitter algo relacionado
con la luna azul yo me pensaba que hablaban de mi novela y les daba las gracias
emocionada. ¡Jajajajajaja!
¿Ahora entendéis
por qué me río? ¡Qué risa! La gente hablando del cielo y yo pensando que me
estaban ayudando… Y ayer, mientras trabajaba, recibí un mail de un amigo que me
explicaba mi confusión. ¡No sabéis la guasa que tenía ese email!
¡Fue tan bonito!
Como mínimo esa ilusoria emoción me sirvió para ser feliz durante muchas horas
y eso bien vale una equivocación, ¿no?
Ahora que sé la
verdad creo que fue algo curioso que las dos lunas aparecieran el mismo día,
que mi mundo azul se solapara con el maravilloso fenómeno de una luna llena
azul en el cielo y que Laura y Tomás cobraron vida por un día, caminando juntos
hacia Ónixon, con un amor que les une más allá del tiempo y del espacio…
Muchas veces me
he preguntado porqué decidí que todo lo relacionado con Ónixon fuera añil, un
color suave, ondulante, sedoso… ¡No tiene explicación! En mi imaginación todo
lo relacionado con este mundo es de ese color. Para mí la Luna de Ónixon era un
colgante de lapislázuli que tenía de pequeña, lo compré en una tiendecita de
Calella de palafrugell que tenían muchísimos collares y pulseras de ese
material. Con los años dejé de ponérmelo y desapareció, como muchas otras cosas
relacionadas con la escritura que abandoné de joven.
Hoy he mirado las
fotos de la luna azul del viernes pasado y me han encantado. ¡Son tan bonitas!
Así que me alegro de la coincidencia, de que a veces las señales dirijan los
movimientos con hilos invisibles que no sabemos que están ahí, con momentos
mágicos que nos animan a vivir cada día con ilusión, alegría y emoción.
¡Así que gracias
por estar leyendo esto! Tu lectura me alegra el día, tu presencia me anima a
continuar y tu sonrisa es la mía. ¡Por eso dediqué La Luna de Ónixon a todos
mis lectores del blog y a mis compañeros de generación! ¡Sin vosotros nada de
esto sería posible!
¡Me voy al
gimnasio! ¡BESOSSSSSS!
Yo de chiquilla tambien llevaba una luna de colgante (Bueno y no de tan chiquilla). Cuando lei los primeros capitulos que tienes publicados en la web de La Luna de Ónixon, me la imagine exactamente como la mia. Aun lo tengo y no sabes la de historias que he inventado en mi cabeza acerca de ese colgante. Un beso y feliz martes, M.
ResponderEliminarA ver si mi imaginación y la tuya tienen algo en común... ¡Feliz día guapa!
EliminarCoincidencias coincidentes... sincronicidad....
ResponderEliminar¡Qué te quiten lo bailao durante esas horas de equivocación! :-)
Sigues igual de optimista y activa y eso es lo que importa.
Besos y feliz martes.
¡Puessí! ¡Fueron unas horas geniales!!! Y lo del optimismo... Hay dos maneras de afrontar la vida: con alegría o con tristeza. ¡Yo voto por la alegría!!! :-)
EliminarLa cosas relacionadas con nuestra niñez afloran de la manera más misteriosa. Un beso y mucha suerte
ResponderEliminarCierto... ¡Están siempre ahí! ¡Besos guapa!
EliminarMe alegro mucho, Pat. Es una coincidencia preciosa.
ResponderEliminarUn beso.
Una coincidencia que me ayudó a ser feliz durante unas horas... ¡Genial!
Eliminar¡BESOS Pilar!!!!!