Una tarde emotiva

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Hace fresco. Este mes de julio no se asemeja a otros por falta de aquel calor insoportable que me impedía descansar bien por las noches. Es una suerte que las temperaturas refresquen el ambiente y que seamos capaces de dormir sin el agobio del sofoco.
Ayer fui al cine con mi hija. Mi marido está en Madrid por trabajo y mi hijo tenía una salida con sus amigos, así que decidimos pasar “una tarde de chicas”. Nos fuimos a ver la película del año para ellas, y este ellas es absolutamente literal, la sala estaba llena de chicas adolescentes, alguna madre, un par de padres y cuatro o cinco novios resignados.
Bajo su Misma Estrella es ante todo una historia de amor, tiene momentos mágicos, instantes graciosos, una moraleja increíble y un sinfín de fotogramas demasiado emotivos.
Hace poco que mi cuñada murió de un cáncer de pecho, dejando un marido y tres hijos desolados. Quizás por eso me pasé una parte larga de la película llorando, con los sentimientos a flor de piel. He de admitir que es una historia de amor preciosa, que te retrata a un colectivo que existe y que convive con nosotros a pesar de que no lo conozcamos y que es sensible, tierna, emocionante… ¡Y muy triste!
Salí del cine con una mezcla de pena y alegría, con los sentimientos envueltos en un tiovivo, afectada por el desenlace. Mi hija me dijo: «¡jolín! ¿No puedes parar de llorar en las pelis? Eras la única de la fila que lloraba, los demás te miraban mal, y encima reían».
Pues no, cuando algo me emociona no puedo para de llorar. Soy una sensiblera, ¡qué se le va a hacer! Y todavía no entiendo por qué las chicas reían en vez de llorar en los momentos tristes… Quizás son demasiado jóvenes para entenderlo.
Al salir nos fuimos a tomar algo al Burger King. La invité a una súper hamburguesa y a unas patatas fritas. Y mientras cenábamos me dijo algo que volvió a soltarme las lágrimas. El otro día le hicieron una pregunta: «Si pudieras pedir tres deseos, ¿cuáles serían?». Ella se lo pensó y dijo: «ser muy querida por los demás, tener más dinero y que a mi madre le publiquen un libro». Es una de las cosas más bonitas que me han dicho nunca. ¡Me emocioné!
Sé que a veces es duro convivir con adolescentes, pero por estos momentos vale la pena ser madre.

¡Feliz día! J

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