Anhelar con cabeza
¡Buenos días! La calma siempre se
impone tras una tempestad, pero a veces hay que ser capaz de discernir hasta
donde estás dispuesta a dar y qué queda de esos instantes turbulentos. Hoy me
despierto con una ilusión, sin resaca de sueño y un sinfín de ideas en la
cabeza. Aparco por fin el malestar, dispuesta a encarar cumbres borrascosas.
Sé hasta dónde puedo llegar, cómo
quiero hacerlo y los medios con los que cuento. Espero acabar de darle vueltas
a varios asuntos antes de lanzarme de cabeza a un futuro diferente.
Me alegra profundamente que mi
hermana haya encontrado su camino, que mis padres sean felices y que mis hijos
marquen sus metas poco a poco, con decisión. Ojalá mi pensamiento positivo me
lleve al lugar donde moran las esperanzas. Si pudiera rematar el año con un
contrato nuevo de publicación…
Lo sé, prometí no agobiarme ni
anhelar demasiado ni esperar noticias. La verdad es que he cumplido mi promesa,
hace meses que envié las novelas a valorar y no me estresa la ausencia total de
respuestas, sin embargo el deseo de ver cumplidos parte de mis sueños no se
evapora ni se borra, simplemente queda como un sentimiento residual que ya no
duele.
Sé que no hay que esperar
demasiado de los demás, que hay logros no alcanzables sin la colaboración
externa y que si no dependen de mí no hay manera de controlarlos. Con lo que me
cuesta a mí tener las cosas descontroladas… Así que continúo con mi día a día
sin esperas ansiosas frente al email ni esperanzas mal fundadas.
Cuando no se consigue alcanzar
las metas trazadas hay que redimensionarlas y seguir luchando, sin desfallecer, sin olvidar quién eres y qué es
lo que deseas. Por fin vuelve aquella felicidad intensa de hace un par de
semanas, mi ilusión por la futura publicación de El Secreto de las Cuartetas, la sensación de que la vida me ofrece
suficiente para sonreír cada mañana.
El domingo me preguntaron si no
me costaba un mundo escribir estas líneas diarias, para mí son una pequeña
liberación, un medio para exorcizar mis fantasmas internos y dedicar unos
instantes de mi jornada a ejercitar la escritura, una ocupación que me
apasiona.
Poco a poco perfilo varios
movimientos que en un futuro no muy lejano desearía ejecutar, espero y deseo
llegar a buen puerto con ellos, seguro que son buenas elecciones, que están a
mi alcance y que posiblemente sean la vía para mi sonrisa diaria.
¡Feliz día! J
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