Todo regresa...
¡Buenos días! Todo regresa… Es
genial, cuando una llama se apaga otra se enciende en un lugar apartado, a
pesar de que parece exigua. Por suerte mis deseos de escribir vuelven a
acompañarme y poco a poco construyo una nueva historia.
Con los años he aprendido a leer
entradas en los blogs y ver más allá de las palabras. Es como si con la lectura
pudiera llegar al alma del escritor del post. Y hay personas a las que he
aprendido a querer, a pesar de que ellas quizás no sepan ni que existo. Nunca
renunciaré a esa sensibilidad, a tener la capacidad de decidir a quién apoyo
interiormente y a quién ignoro. Es la magnificencia de la red, el anonimato,
unido con la elección silenciosa de blogs a los que leer.
He decidido poner en práctica los
propósitos de año nuevo que me marqué. Son algunas pequeñas batallas
accesibles, aunque en algunos casos necesitan un empujón de energía y mucho
esfuerzo por mi parte. Si son demasiado sencillos no duran un año…
Creo en la necesidad de marcarse
retos plausibles, de tener unas metas que te hagan feliz y luchar por ellas.
Las mías actuales distan muchísimo de aquella proyección del futuro que tenía
de pequeña, ahora ya no me obsesiona ser una escritora superventas (conste que
no me importaría nada, ¿eh?) ni tengo aquella sensación de que la vida es algo
más de lo que me rodea ahora.
Al terminarse las esperas
infructuosas frente al mail y al teléfono, al entender que hay mil cosas
maravillosas a las que no les prestaba atención, he redefinido mis anhelos de
manera que resulten alcanzables, aunque algunos de ellos requieran dedicación.
No me asusta trabajar para
forjarme un futuro que se adapte mejor a mis expectativas ni tengo reparos en
darlo todo para conseguir un objetivo, sé que nada es gratis y que saltar de un
punto bajo a otro más alto requiere caminar por el sendero que serpentea frente
a mí.
Ahí voy, decidida, feliz, con una
perfecta sonrisa y las ideas más claras que nunca. Tengo tanto por lo que
sentirme ilusionada, es bonito saber que hay personas a mi lado que me quieren
y me acompañan en el camino hacia el destino. También me parece increíble
descubrir pequeñas ilusiones en cosas cotidianas, alcanzar un estado en el que
ya no me importa avanzar hacia otro estadio superior porque lo que tengo ahora
es lo que necesito para ser feliz.
Sin embargo me he marcado tres
metas importantes para este 2015, suponen esfuerzo y tesón, ilusión y ánimo y,
por suerte, las veo total y absolutamente alcanzables. Así que ahí va mi primer
impulso de energía para caminar con decisión.
¡Feliz día! J
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