Toca positividad
¡Buenos días! El lunes se
despierta nuboso y gris. A veces me sorprendo de cómo el tiempo se adecua a mi
estado anímico. Sonrío, no os penséis que los reveses me afectan hasta dejarme
yerma de felicidad, pero sí mengua la sensación ilusoria de serenidad que me invadía
la semana pasada.
Enfrentarse a situaciones
difíciles consigue empequeñecerme, me cuesta un mundo reaccionar en el momento,
es como si las palabras ajenas pudieran derrotar a cualquier pensamiento
racional que las borre del mapa. Quizás debería cambiar, aprender a darle una
dimensión correcta, pero a los cuarenta y dos no sé si serré capaz de darle un
giro tan radical a mi manera de actuar.
De momento he reflexionado
durante un par de días, enfriando la situación y permitiendo que los sentimientos
se asienten. Consejos a parte, sé qué debo hacer, ahora solo me pregunto si
seré capaz…
En fin, no vamos a arreglar el mundo
escribiendo en el blog…
Toca positividad, como cada
mañana. A pesar de la lluvia sé que tarde o temprano aparecerá el sol, uno
brillante y perfecto, de aquellos que me llenan de energía positiva. Lo espero
con la emoción propia del momento, con la ilusión de caminar bajo su cobijo y
llenarme con la luz que nos ofrece.
Esta semana tengo muchísimas
cosas maravillosas qué hacer y no pienso perderme ni una. El fin de semana vi
muchas películas, cuando estoy un poco de bajón me gusta distraerme con vidas
ajenas, como si pudieran evadirme de la mía. Me encantó la película The Imitation Game…
Es alucinante descubrir lo
engañados que vivimos, cómo las guerras suelen suceder al margen de la vida
cotidiana y la manera en la que los gobiernos manejan los hilos para
mantenernos en la inopia. ¡Increíble saber ahora cómo solo un grupo reducido de
británicos consiguió ganar la guerra ejerciendo de Dios!
Me gustó la actuación de los
protagonistas, la escenografía, los decorados y las emociones que se
desprendían de cada fotograma, me llegó, y eso s lo que espero en este tipo de
películas. Además, consiguió hacerme recapacitar acerca de muchas cosas y no me
pasaron por alto las implicaciones de lo que contaba.
Ayer mi marido se fue al mediodía
a Madrid y yo me quedé sola en casa con mis hijos. Tenía muchas horas por
delante que normalmente dedico a escribir, pero con la resaca de lo sucedido el
viernes no me concentraba, así que mi hija y yo nos decidimos a zapear hasta
encontrar un par de pelis ñoñas de tarde de domingo.
¡Al final vi tres seguidas! ¡Y
después me enchufé a El Mentalista! Jejejejejeje,
¡estoy fatal!
Ahora toca subirme a la moto,
conducir hasta el trabajo y mojarme…
¡Feliz día! J
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