Llegó el viernes...
¡Buenos días! Hoy me apasiona
despertarme en viernes, hay tantos motivos para desear que se aproxime el
descanso de dos días tan merecido… La semana ha sido larga y difícil, sin
demasiadas horas de sueño ni descanso, con aquella resaca de decepción que se
niega a abandonarme, a pesar de las cosas positivas que me envuelvan.
Cuando te sientes incómoda en un
espacio donde antes estabas bien y has de esforzarte cada minuto para mantener
un orden diferente al que desearías, las horas se convierten en pequeños
calvarios. Desconfiar de los demás no es sano, así que de alguna manera deberé
cambiar esta percepción que ahora me acompaña.
Mi gran consuelo es el grupo de
personas que día a día me demuestra su cercanía con su presencia callada o las
frases que intercambiamos en momentos determinados. Ver que la vida me ha
rodeado de ellos es uno de mis mayores tesoros y, aunque sé cuál es el
siguiente paso que debo dar, me cuesta imaginarme un ahora sin su compañía.
Uno de mis problemas es que suelo
abarcar demasiado, me cuesta decir que
no a las personas. Pero mi capacidad de absorber tantísimas obligaciones a la
vez tiene un límite. Actualmente estoy desbordada, con demasiados cabos sueltos
y la sensación de que no voy a llegar a cerrar todos los nudos a tiempo.
Jejejejeje, parece mentira que
sea incapaz de caminar con el descontrol como compañero, cuando escribo es todo
lo contrario, los personajes toman vida propia, dirigen mis pensamientos,
cambian algo que ya estaba escrito y se dan cuenta de que la mejor estrategia
para que la historia funcione es otra.
Empiezo a vislumbrar la felicidad
a través de las pequeñas cosas, seguro que en poco tiempo conseguiré
estabilizar de nuevo mi ahora y caminar hacia un horizonte diferente. Me cuesta
emocionarme muchísimo por la publicación de El
Secreto de las Cuartetas, se ha retrasado tanto que no estoy segura de
cuándo lo será una realidad.
Supongo que ese día será increíble, por fin
habré conseguido uno de mis objetivos. Aunque al día siguiente tocará iniciar
la tarea de promocionar, sonreír y esperar a que la gente le dé una oportunidad
al libro.
De mis propósitos de año nuevo
solo estoy persiguiendo uno en este momento, pero pronto me plantearé el futuro
de algunas de mis novelas. A falta de respuesta de editores y agentes, creo que
lo mejor es emprender un camino en solitario, con la red como compañera y
Amazon como aliado.
Sin embargo antes necesito hablar
con las personas que en este momento están valorando las novelas y trazar un
rumbo. Espero y deseo que me acompañéis en la travesía, sin vosotros no sería
posible.
¡Feliz día! J
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