¡Otra vez vuelta a la normalidad!
¡Buenas tardes! ¡Qué raro es esto de
escribir al mediodía! Hoy he tenido una mañana intensa, llena de trabajo y de
emociones. ¡Y es que hoy he vendido cuatro descargas de mi novela! ¡Y es
genial! Llevaba tantos días de secano que creí que nunca más iba a volver a ver
tres cifras en mi clasificación de Amazon…
¡Qué duro el madrugón de hoy! Volver a escuchar el despertador a las
6:06 otra vez después de tanto tiempo me ha dado un susto de muerte. ¡Un poco
más y lo empotro contra la pared! Encima ayer tardé unas cuantas horas en
dormirme… ¡Tantos cambios me descolocan!
Hasta las seis de la tarde pasé un día
idílico con la familia y unos amigos. Para despedir las vacaciones quedamos en
el parque de Osseja para comer un picnic todos juntos en una de las inmensas
mesas de madera que se distribuyen bajo los pinos, cada familia trajo su comida
y la compartimos como buenos amigos. ¡Hice una súper tortilla de patatas y
carne rebozada! ¡Con una gran ensalada de tomates buenísimos, unas patatas
chips y dados de melón de postres! ¡Incluso llevé chocolate para los más
glotones!
¡Fue una comida súper agradable! Una de
las mejores cosas que ofrece La Cerdaña francesa es la cantidad de lugares
acondicionados para comer al aire libre, sin ensuciar la casa, en compañía, en
un ambiente inmejorable. ¡Me encantan esas salidas! Aunque ayer las
temperaturas bajaron tanto que en la sombra pasé un poquito de frío.
Llegamos a casa pasadas las cinco,
preparamos la maleta de mi niña y se la dimos al padre de su amiga, junto con
su bicicleta. ¡Se ha quedado con su querida Adela a pasar una semana más en las
montañas! ¡Qué envidia me da!
Descansamos hasta las seis, con Irene
facturada y Àlex en el exterior, jugando con sus amigos. Sin pensar en que hoy
tocaba volver a la rutina, me estiré en mi comodísima hamaca, en mi jardincito,
con mi portátil en el regazo, corrigiendo los últimos capítulos de La Luna de
Ónixon. El sol de tarde me acompañó durante mi última hora de verano…
¡Y a las seis tocó recoger, hacer maletas
y cerrar la casa! La hora siguiente me pasó como una exhalación, con la mente
ocupada en no olvidarme nada. Cuando llamé a Àlex para que hiciera su maleta me
dijo: “¿por qué nos vamos hoy?” Jajajajaja, me tocó aclararle que se acababan
las vacaciones…
Con el coche lleno hasta los topes y la agradable
compañía de uno de mis vecinos, quien también volvía a Barcelona a trabajar,
emprendimos la marcha. Y como estaba bien acompañada y la conversación era
amena, la hora y tres cuartos de carretera hasta mi casa me pasó rápida y veloz.
Luego me tocó deshacer maletas, colocar
todo en su sitio, preparar la cena, respirar hondo y meterme en la cama… ¡Y
estuve con los ojos abiertos hasta las dos tocadas! Y es que tenía tantas cosas
en la cabeza….
Así que hoy he reanudado mi costumbre de
saludar a todos los amigos de Twitter, he desayunado tranquila en casa, he
cogido mi moto y he aparecido a las 7 en el trabajo para despejar los primeros
papeles que se acumulan en mi escritorio. Por suerte agosto es un mes tranquilo
y no hay mucho ajetreo a la vuelta, así que la jornada ha transcurrido sin
sobresaltos ni estrés ni nerviosismo…
¡Me alegra estar de vuelta! ¡Besos para
todos! ¡Y hasta mañana!
Bienregresada a la normalidad.
ResponderEliminar¿Sabes que los días que tengo que poner el despertador a las 6 de la mañana, también lo pongo a las 6:06? :-)
Hasta mañana.
¡Gracias Pilar! Jajajajajaja, somos las dos igualitas....
EliminarBESOSSSS