¡Vacaciones en el mar!
¡Hola! ¡Cuánto tiempo desparecida de la escena
telemática! Aunque he de admitir que ha valido la pena. Descanso, lectura,
tranquilidad y absoluta paz… Es la primera vez en diez años que paso tantos
días alejada de un portátil, y me ha gustado… Aunque en momentos de ocio he
echado de menos mis novelas…
¡Qué ilusión volver a teclear en mi portátil
recién arreglado! ¡El teclado nuevo va a las mil maravillas! Me ha costado dos
días reanudar mi escritura, dos días más de lo previsto, pero creo que mi cura
de desintoxicación informática ha calado fuerte en mi interior. ¡Lo mejor de
todo es que el libro se ha vendido algo sin necesidad de promoción! ¡Y que
varias personas de Twitter han ayudado a que El Secreto de las Cuartetas no
muriera en el olvido! ¡Gracias a todos!!! ¡Y en especial a Mercedes!!!
Os preguntaréis cómo he aguantado tanto sin abrir Facebook, Twitter, Amazon… ¡Pues la respuesta es sencillísima! Me he embarcado en un crucero con toda mi familia política para navegar por las aguas de cuatro maravillosos países: Italia, Grecia, Turquía y Croacia. ¡Vacaciones en el mar en toda regla!
En el Costa Favolosa la conexión a Internet vale 10 euros la hora… ¡Y encima es vía satélite y va lentísima! Sí, la probé, rompí parcialmente mi promesa y pagué una hora, aunque con el rato que tardaba en cargar la página de Amazon y bajar el correo sólo tuve tiempo de ver las ventas y leer los emails. ¡Y no me asomé a ninguna de las redes sociales ni me acerqué al blog! Una promesa es una promesa… La falta de mi portátil, lo fui a recoger ayer en el servicio técnico, ayudó muchísimo a que me acercara a la lectura y me apartara de la escritura. ¡Aunque me hubiera encantado tenerlo!
No os expliqué mi intención de embarcarme en un
crucero para mantener el misterio hasta este momento… ¡Me encantará relataros
experiencias, sensaciones y emociones! Ha sido una semana intensa, con muchas visitas,
muchas novedades y mucha comida… ¡Jajajajaja! Desde luego un crucero es
imposible no engordar. Hay buffets constantes, seis platos de cena (aunque yo
sólo pedía dos y el postre), pizza a todas horas, merienda, frutas bañadas con
chocolate, snacks servidos con todos los cócteles o refrescos, resopó (o sea,
un impresionante buffet a las 00:00 por si te quedaban con apetito…), una
panicoteca… ¡Ufffff! ¡No soy capaz de pesarme! Creo que rompería la báscula…
Pero vamos por partes, ¿os parece? Durante unos días convertiré el blog en una especie de diario de a bordo. Esta última semana no he escrito ni un párrafo, pero sí he guardado las impresiones para compartirlas con todos vosotros. ¡Me hacía mucha ilusión recordar cada minuto y dejar una constancia escrita de mis percepciones!
La idea del crucero familiar tomó forma hace un par de meses. Era una manera de apoyar a mi suegra en el primer verano de viuda y de compartir una experiencia intensa con toda la familia, reuniendo hijos, nueras y nietos bajo un hotel flotante. Barajamos varios destinos y fechas, hay tanta oferta que es muy difícil decidirse. Al final optamos por el Costa Favolosa, un transatlántico que parte de Venecia con escalas en Bari, Katakolon (puerto griego cercano a Olimpia), Esmirnia (puerto turco cercando a Éfeso), Estambul y Dubrovnik.
El domingo cinco de agosto el despertador sonó a
las 04:00 de la madrugada. ¡Vaya madrugón! Me arrastré literalmente hasta la
ducha, me vestí, acabé de cerrar la maleta y salí a la portería acompañada de
mi marido y mis hijos. ¡Estábamos ojerosos, cansados y emocionados!
Me impresionó la cantidad de gente que puebla el
aeropuerto de El Prat a esas horas mañaneras. ¡Hicimos una hora y cuarto de
cola en los mostradores de la compañía aérea Vueling! Yo que quería desayunar
en el aeropuerto… Una vez facturadas las maletas contamos con el tiempo justo
de pasar el control de pasaportes, correr por los pasillos y entrar en el
avión. ¡Formábamos un grupo de trece personas entusiasmadas con pasar unas
vacaciones en al mar! Me dio mucha pena que el hermano mediano de mi marido se
quedara en tierra con su mujer por asuntos de salud, aunque nos llevamos a sus
tres hijos…
El vuelo transcurrió deprisa entre las letras de
mi Kindle. La chica de facturación nos separó a todos y no nos puso ni por
parejas… ¡A las 9:00 llegamos al aeropuerto Marco Polo de Venecia sin comer
nada! Estábamos famélicos cuando subimos al autocar que nos llevó al puerto,
seguíamos muertos de hambre al dejar las maletas en la consigna y hacer la cola
del vaporeto que nos llevó hasta la plaza San Marcos, donde caminamos bajo un
sol abrasador, admirando monumentos, respirando el aroma del romanticismo,
tocando el tacto de la ciudad de los canales…
¡Mañana os contaré si al final desayunamos! ¡Feliz
día!
:-) ¡Qué alegría verte de nuevo a tope de actividad!
ResponderEliminarY enhorabuena por haber recuperado el portátil, ¡qué lo disfrutes!
:-)
¡Gracias Pilar!!! Me hace ilusión volver a escribir, pero estos días de descanso me han sentado de maravilla...
Eliminar¡BESOSSS!
Pat !!! Puc venir l'any que vé amb tu ??? :-)
ResponderEliminarDisfruta !!!!!!!!!!!!!!
Si l'any que ve podem repetir compto amb tu! Petons!!
EliminarQuerida Pat, que se me va el barco... Entro por aquí y tan rápido vas que me pierdo las visitas. Te sigo. Me apunto al crucero.
ResponderEliminar¡Bienvenida!
¡Bienvenida!!! Vamos a navegar por las aguas del Mediterráneo...
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