¡Llegó el día!
¡Buenos días! Llegó el jueves 14 de mayo… Parece
mentira que por fin esté aquí el día D, que esta tarde consiga vivir la
maravillosa experiencia de presentar la primera novela publicada con una
editorial tradicional.
Me siento feliz, emocionada, con una sonrisa más
ancha de lo normal y con la sensación de que esta experiencia la recordaré durante
muchos años.
A veces las cosas no acaban de salir como espero,
ayer la librería todavía no tenía mis libros y, evidentemente, la ansiedad me
acompañó durante la jornada, explicándome sin necesidad de palabras que la
posibilidad de encontrarme rodeada de personas cercanas y sin el libro a la
venta existe.
Pero, como dice mi amiga Bea Magaña, amo y confío.
Seguro que durante la mañana tenemos las cajas de novelas en la librería y que
a las siete de la tarde habrá gente maravillosa acompañándome. Cruzo los dedos,
sonrío y suspiro, con la certeza de que la suerte me va a acompañar.
Ayer fue un día de emociones. Reencuentro con mi
amiga Senda, que en breve se incorporará de nuevo al trabajo y volverá por un
mes a Barcelona, un rato en la peluquería para estar perfecta hoy, la firma de
mi primer ejemplar en papel… ¡Todo un lujo de tarde!
Hace años, cuando me planteaba la presentación de
mi primera novela, deseaba desesperadamente reencontrarme con personas que en
un momento de mi vida fueron importantes, aunque ni yo supe demostrarlo ni
ellas se acercaron lo suficiente para apreciar mis verdaderos sentimientos.
El tiempo de madurez no me ha servido únicamente para
descubrir la perspectiva correcta con la que mirar el mundo literario, también
ha constituido un aprendizaje en muchas otra áreas de mi vida. He conocido a
gente maravillosa, y he gozado entendiendo la amistad desde el prisma correcto.
Hoy deseo más que nunca que me acompañen estas
personas, las que ahora tengo a mi alrededor mostrando un afecto verdadero, las
que me arrancan una sonrisa con facilidad y suelen caminar a mi lado. Me
faltará Mabel, mi querida amiga de Suiza, con la que hablo a diario vía chat y
a la que siento muy cerca a pesar de la distancia. Desde aquí le mando un beso,
estará a mi lado de corazón.
También me encantaría que las personas del pasado estuvieran
ahí, abrazarlas, sentirlas y recuperar un pedacito de esa ilusión de antaño,
cuando eran importantes para mí.
Ahora soy tan diferente a la Pat que ellos
conocían… Hay rasgos que no cambian, sigo hiperactiva, habladora, intensa… Pero
también he conseguido ser feliz, sin agobios, cercana a las personas a las que
quiero, alegre y con una visión positiva de la vida.
Queda tan poquito… Estoy tan feliz… Tengo tantas
ganas…
¡Feliz día! J
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