Solo faltan tres días...
¡Buenos días! La primavera parece empeñada en
dedicarnos días primaverales, con sol, calor, ilusión… Por fin llega la semana
de mi presentación, con muchísimas emociones por descubrir y la felicidad que
aporta conseguir una parte de mis sueños.
Tengo tantos proyectos… Cada día me percato de la
suerte que tengo. Mi familia me apoya, me escucha, me anima… Y yo sigo con la
cabeza inmersa en ideas, con la seguridad de que escribir es grande, algo mágico
que consigue dotarme de capacidades increíbles.
¿Alguna vez has deseado vivir una auténtica
historia de amor juvenil? ¿O viajar por todo el mundo descifrando las profecías
de Nostradamus? ¿O encontrar una baraja de Tarot antigua que esconde los
secretos de la magia? ¿O ser una inspectora de policía que resuelve casos interesantes?
¿O recibir un medallón que te lleva a un viaje fantástico? ¿O descubrir que tus
padres no son quienes dicen ser?...
He conseguido vivir cada una de estas experiencias
y muchísimas más escribiendo mis catorce novelas. Y es algo a lo que no
renunciaría por nada del mundo. Ayer mi hermana, tras leerse RANP en tres días,
me preguntó: «¿de dónde sacas estas ideas?». ¡Buena pregunta! Aparecen sin más,
se presentan en mi cabeza, describen el curso de las tramas lentamente,
permitiéndome disfrutar del arte creativo.
Ahora mismo no podría elegir una de las novelas
como mi favorita. Me he convertido en una escritora polifacética, sin
decantarme únicamente por un género, con deseos intensos de probar cada uno de
ellos y experimentar diferentes estilos.
Mis ilusiones de ahora distan muchísimo de las de
antaño, cuando creía que lo importante era publicar en vez de sentir la caricia
de los personajes mientras narro, acompañarles en sus peripecias y descubrir
con ellos el amor, la traición, los secretos del pasado, los enigmas sin
resolver, los cambios en su visión de la vida…
Es lunes, faltan tres días para el ansiado momento
de sentarme tras una mesa, acompañada de un colega de profesión, Josep Capsir,
para presentar una novela que escribí hace casi diez años, cuando pensaba que
mi género sería el thriller fantástico.
Este
último mes de reencuentros, emociones y recuerdos me ha servido para sonreír
con mayor intensidad, dándome cuenta, una vez más, de lo afortunada que soy al
tener cerca a mi familia, a mis amigos y a personas increíbles.
Soñaba
con una presentación llena de instantes álgidos, con abrazos a amigas de antaño
y la alegría de tenerlas cerca de nuevo. Y sí, me encantaría, pero también deseo
tener a las personas que conforman mi círculo actual, sin ellas nada de esto
tendría sentido.
¡Feliz
día! J
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