PELN... Pistas
¡Buenos días! Hoy tengo un día lleno de reuniones,
espero llegar a la tarde entera… Uffff, cuando se me acumulan tantas cosas
siento un estrés intenso. Por suerte este fin de semana es de tres días y podré
descansar.
Estoy con la corrección de PELN para enviarla a un
concurso literario. Es curioso, empecé con mucho ímpetu y ganas, con un sinfín
de ideas locas para darle más intensidad y, a medida que leo, me doy cuenta de
que está genial, y esta vez veo mi escritura más fluida.
Creo en esta novela, igual que en todas las que
conforman mi bagaje. Sé que les debo una oportunidad. Por eso voy a dedicar mi
tiempo a pulir, revisar, mover algunos manuscritos y subir otros a Amazon. ¡La
vida es demasiado bonita para tirar la toalla!
PELN es una historia de amor, con una intriga de
fondo y un avance pausado de la narración. Tiene varios puntos álgidos y
algunos ingredientes representados en las fotos que acompañan el post de hoy. Es
cierto que de todas las historias que he escrito es la más lenta y acompasada,
a pesar de la parte de intriga, intenté que la parte romántica fuera la que
dirigiera la narración.
Sussie tiene pocos rasgos míos, creo que en su
lugar yo no reaccionaría así, aunque tampoco es fácil ponerse en su lugar.
Ernesto es tierno, un hombre diferente a los protagonistas masculinos que suelo
dibujar en las novelas de este género. Y quizás su manera de actuar es idílica,
como si fuera el príncipe de una Cenicienta moderna… ¡Me encanta!
Al empezar
la lectura para corregir fallos pensé que debía dotarla de más fuerza al
inicio, que necesitaba un empujón para atrapar al lector, pero a medida que
avanzo me percato de que no hace falta, porque no es una trama trepidante ni un
manuscrito con la intención de dejar sin aliento.
Quería escribir una novela romántica, con un ritmo
pausado, consiguiendo que el idílico entorno donde transcurre la mayor parte de
la historia de amor entre los protagonistas marcara el compás de su relación,
sin pensar demasiado en la intriga, solo dando algunos brochazos.
Esta vez pienso que ahora sí escribo así, quizás
he llegado a un punto donde mi estilo ya es bastante regular. Ahora consigo el
tono para construir un entorno estresado, sereno o angustiado, según se
necesite…
No sé cuál es mi futuro en las letras ni si algún
día podré mirar atrás y decir: «¡Estoy donde quería de niña!», lo único que
tengo claro es que me gusta escribir, disfruto muchísimo de las horas dedicadas
y soy muy feliz con mi afición. De momento, al pensar en estos años de
narraciones sin fin, pienso: «¡qué increíble es tener la capacidad de escribir
tantas historias!».
Vale la pena dedicar mis horas de ocio a teclear
en el ordenador. Es maravilloso dejarse envolver por los mundos imaginarios que
me acompañan y crean tramas en el papel… Uauuuu, ¡es mágico!
¡Feliz día! J
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