¡Roturas!
¡Buenos días! Brrrrrr, ¡hace un frío que pela!
Ayer volví a ponerme la parka de invierno para llevar a mi hija a clase… Luego
le pedí a mi hijo que me acompañara a comprar para cargar la compra y vino sin
chistar. ¡Se hacen mayores!
Es agradable ver cómo maduran, acompañarles en su
proceso de alcanzar la juventud y descubrir los cambios a los que se enfrentan.
Ser madre es algo maravilloso, te adaptas con facilidad a cada edad,
descubriendo muchas veces con ellos cómo darles alas para volar lentamente.
Llevo unas semanas de estrés total, con mil
roturas de aparatos tecnológicos y un sinfín de momentos mágicos. Los responsables
de IT de mi oficina cada vez que me ven acercarme a los equipos informáticos me
piden amablemente que me aparte, porque últimamente se rompe todo lo que toco…
Empecé con unas lucecitas parpadeantes en mi ordenador
del despacho, una tarde, mientras hablaba con mi jefe por teléfono. Fue culpa
de la placa base… ¡Tardé una semana en tener el ordenador arreglado!
Luego vino el servidor donde se alojaban los
programas contables y de facturación… Encima la copia de seguridad de la última
semana se dañó… Uffff, fue un golpe bajo. Tardamos más de diez días en
recuperar la contabilidad y una manera de facturar.
La tostadora de casa, que apenas tiene tres meses,
también dejó de funcionar. Y llegamos al colofón, mi iPad se cayó al suelo el
domingo y revivió azul. Se lo llevé a los técnicos del despacho para que me
ayudaran, lograron encender el iPad, pero con una pantalla azul pixelada.
Cuando me fui al servicio técnico de Apple me
dijeron que debía cambiar el aparato, la pantalla LCD estaba dañada y ellos no
reparan, te dan un iPad de substitución a mejor pecio. Como no tenía copia de
seguridad me fui a casa, lo sincronicé con el Mac para guardar la información y,
¡sorpresa! ¡La pantalla se arregló sola!
En fin… Si a todos esos desaguisados le sumas los
nervios de la presentación, la mala impresión de los libros, que obligó a la
editorial a reeditarlos, la inquietud de ver que no llegaban las novelas a la
librería y mi maldita inflamación de los cartílagos de las costillas, que
todavía ahora me duele, estas semanas no he logrado dormir demasiado bien.
Sin embargo ha habido momentos increíbles, compartir con vosotros la presentación, firmar libros, ver las fotos, el vídeo y las publicaciones de Facebook, han resultado un pozo de ilusiones.
Sin embargo ha habido momentos increíbles, compartir con vosotros la presentación, firmar libros, ver las fotos, el vídeo y las publicaciones de Facebook, han resultado un pozo de ilusiones.
Entre las fotos de Fabri y las que me han llegado
a través del Whatsapp he preparado un pequeño pase… ¡Qué lo disfrutéis!
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