Solo queda una semana...
¡Buenos días!
Jueves… De aquí una semana tendré por fin mi querida presentación, la primera,
y me hace tantísima ilusión que apenas tengo tiempo para pensar seriamente
cuáles serán mis palabras. Uffff, cada vez que lo hago me saltan las lágrimas.
Lo sé, tanto
sentimentalismo es excesivo, sin embargo es imposible luchar contra los
sentimientos cuando se revolucionan. Esta tarde empezaré a escribir un guión,
respiraré hondo y conseguiré aplomo para disfrutar sin emocionarme (bueno, como
mínimo lo intentaré…).
Normalmente,
tras dar por concluida la última vuelta en una novela recién terminada, me
invade una sensación de vacío. Es como si echara de menos a los personajes
principales y me costara un gran esfuerzo conectar con unos nuevos. Tengo la
idea de releer Los Mundos de Esme,
puliéndolo para formar parte del elenco de novelas publicadas en Amazon, y me
es muy difícil.
Ayer empecé la
lectura. Hace solo dos años que la escribí, no es demasiado tiempo… Sin embargo
cambié la mitad del segundo capítulo, con la sensación de que yo ya no escribo
así. He mudado mi manera de enfocar la narración, ahora me es imposible leer
algo mío de hace un tiempo sin retocar las palabras, el tiempo verbal, la
fluidez del texto…
A veces pasa.
Maduras tu manera de escribir, cambiar la perspectiva y finalmente encuentras
una mejor senda para contar los sucesos, aparcando para siempre esa otra
estructura narrativa. Creo que RANP es una de las mejores novelas que he
escrito, si nos fijamos únicamente en la parte técnica.
En los últimos
dos años y cuatro meses he terminado siete manuscritos. Tres son de la Serie Estrada, una policía que investiga
casos interesantes; dos son New Adult, con suspense de fondo; uno es del género
romántico adulto, también con trama de thriller
acompañando al romance; y el último es el único que he escrito sin crímenes,
con dos historias separadas en el hilo narrativo y una parte inspirada en
sucesos de unas décadas atrás.
Me gusta
probar diferentes géneros, es muy instructivo, igual que leer críticas
constructivas en los blogs de reseñas, saber qué gusta y qué no convence de mis
novelas para explorar la solución en el siguiente manuscrito, siempre con la
premisa de aprender algo nuevo cada día, con la mente abierta para absorber
hasta la última gota de información que me permita avanzar hacia un mañana
mejor.
Quizás por eso
las ideas me invaden constantemente, dándome alas para descubrir nuevas e
interesantes tramas que plasmar en los folios en blanco, con la emoción propia
del momento y unas inquietantes cosquillas en el abdomen.
Y sí, escribir
tanto últimamente me ha ayudado a mejorar, porque a escribir, se aprende a
escribiendo… ¡Cuánta redundancia en la última frase!
Ahora estoy
decidida a aparcar las mil ideas que tengo para iniciar la búsqueda de un lugar
perfecto para cada una de las novelas. Amazon, concursos, editoriales, agentes…
¡El abanico es enorme! Y no voy a escatimar esfuerzos para encontrar la mejor
opción en cada caso. De momento tengo una súper portada para Los Mundos de Esme…
¡Feliz día! J
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