Viajar con la mente
¡Buenos días! Llegó el viernes… Tengo tantas ganas
de descansar este fin de semana que ya sueño que son las tres del mediodía y desconecto.
Esta tarde le hacen una pequeña intervención a mi hija, ¡a ver qué tal!
Mi empeño por mejorar los textos es imbatible,
cada día persigo la quimera de escribir mejor, con emoción y ganas de pasar un
buen rato. De eso se trata, de disfrutar al máximo.
El calendario avanza con rapidez, pronto
llegaremos al inicio del concurso de Amazon. ¿Estáis preparados para leer Los Mundos de Esme? ¿Os gusta el género
policíaco de aventuras? Pronto revelaré la portada, estoy emocionada con el
trabajo de Óscar, ¡se ve una portada tan profesional!
Esta novela es importante para mí. Marcó un
instante de inflexión en mi vida, me dio alas para experimentar con nuevos
géneros y me dotó de la ilusión suficiente para aparcar una oscura e insana
obsesión. Ojalá cuando la leáis os guste tanto como a mí.
Poco a poco el calor se impone en las calles de Barcelona,
ofreciendo días de intenso sol, con un cielo tan azul que emociona y pocas
nubes manchándolo. Respiro el aire sereno de primavera, anhelando la llegada
del verano, contando los días para vacaciones.
Viajar, ver mundo, pasarme largas horas descubriendo
otras culturas me encanta, siempre consigue regalarme ideas para nuevas
historias, llenando mi cabeza de sensaciones capaces de arrancarme una sonrisa.
A veces basta con volar a algún sitio cercano,
caminar por la orilla de una playa virgen, llenarse con la esencia de una
ciudad o descubrir las callejuelas de un pueblo antiguo. Y, ¿por qué no?
También es perfecto subirse al coche y conducir hasta un lugar cercano para
explorarlo.
Pensaba que los reencuentros conseguirían
acercarme de nuevo a personas importantes para mí en otro ahora, pero sigo en
el mismo lugar de antes, y estoy feliz rodeada de personas queridas, sintiendo
su apoyo, su cercanía y sus deseos de aceptarme como soy.
Una de las preguntas que suelen hacerme es cómo
consigo escribir una novela en cuatro meses si trabajo cuarenta horas a la
semana fuera de casa, tengo dos hijos adolescentes, voy al gimnasio, llevo la
casa… Renuncio a otras cosas, me organizo, estructuro mi día a día con la idea
de arañar unas horitas a la jornada para dedicarlas a mi pasión.
¡Feliz día! J
0 comentarios: