El tren de la felicidad
¡Buenos días! ¡En mi casa me
llaman La Dama de las Auditorías! Jejejejejeje.
La de ahora es la tercera en seis meses… Es el hándicap de llevar siete
entidades a la vez, siempre hay alguna que requiere análisis.
Me encantaría tener una llave mágica
para conseguir más horas útiles en un día. Ayer apenas conté con tiempo para
respirar, entre la auditoría y las obligaciones familiares… Espero tener un
margen más cómodo mañana y proseguir con la escritura de RANP.
Una de mis aficiones favoritas es
escribir, a pesar de ver cómo otras personas de mi entorno consiguen superar
sus expectativas y yo quedarme siempre a las puertas, me encanta pasarme las
horas libres pegada al portátil, aporreando las teclas con el frenesí auténtico
de la inspiración.
Siempre os cuento que ya no
espero ese maravilloso futuro donde mis horas transcurren entre historias. Es
cierto. El camino hasta aquí fue muy duro, me costó esfuerzo y lágrimas entender
la magnificencia de la creación. Quizás perder el idealismo fue un trance
ansioso, a nadie le gusta ver sus ilusiones convertidas en escombros…
Ahora miro hacia atrás y descubro
un sinfín de matices en cada estadio del pasado, me percato del cambio producido
en mi interior y deseo sonreír. Me alegro de la suerte de mis compañeros de
letras, es maravilloso saber que ellos alcanzan el éxito, y camino con la certeza
de que pronto tendré por fin mi primer libro en papel.
Es fabulosa esta sensación de
plenitud, la satisfacción de alcanzar un pequeño retazo de las ilusorias metas
juveniles. El otro día le pedí a una amiga de entonces que viniera a la presentación,
para mí sería algo mágico contar con la presencia de personas importantes en mi
pasado.
A la luz de la madurez que me
otorgan los años veo esas amistades desde un prisma completamente distinto, me
aportan una visión muy amplia del cambio imperado en mi interior y me ayudan a
dar sentido a muchas de las piezas rotas de la adolescencia y primera juventud.
Ojalá me salga bien, ojalá pueda
presentar la novela donde conducen mis sueños actuales, redimensionados en la
medida lógica del momento. Sería increíble reencontrarme con gente del pasado,
compartir instantes con amigos cibernéticos y rodearme de familia y personas
importantes en mi ahora. Espero cumplir una pequeña parte de esta magnífica
visión.
A ver si el destino me reserva
una plaza en este tren tan deseado. Después de trece años a la espera de un
momento parecido, tengo el afán de disfrutarlo con la emoción digna de cada
paso.
¡Feliz día! J
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