Un embolado interesante
Buenos días! Llegamos al viernes…
Ayer me metí en un embolado… Si es que estas cosas solo me pasan a mí. Por
suerte es un maravilloso jardín lleno de flores y casi sin espinas.
Cuando era pequeña estudiaba en
una institución educativa que poseía tres centros: una en Badalona y otro en Esplugues,
que impartían primaria, y un tercero en Barcelona, donde nos juntábamos para hacer la secundaria. El
problema era que no todos los del primer centro iban al segundo…
Un compañero del primer colegio
me mandó un mensaje para reunirnos a todos los antiguos alumnos de Badalona y
yo, con un cacao mental importante, envié mensajes a varios antiguos compañeros
sin ser capaz de discriminar los que conocía de un centro y de otro.
Total, que acabé con gente de
ambos colegios interesados en preparar una cena. Así que abrí un grupo de
whatsapp donde unir a los del segundo centro y preparar un encuentro. Y ya me
veis de administradora y organizadora…
No me desagrada la idea, llevo
unos días de nostalgia, recordando momentos intensos del pasado, con la ilusión
de encontrar un futuro maravilloso y acompañada de personas increíbles. A veces
la amistad está sobrevalorada, pero muchos otros es un bien preciado.
Me hace ilusión descubrir los
cambios en las personas con las que compartí mi adolescencia, aunque en esa
época yo era otra y no sé si ahora mismo me reconocería en ella. He cambiado
tanto…
A veces, cuando me descubro en la
coraza de aquella jovencita insegura y absolutamente equivocada en muchísimos
aspectos, sonrío. Es importante deshojar la margarita de tus errores y
encontrar el camino correcto, ver hasta dónde se puede mejorar, descubrir cómo
cambiar lo que no te llena.
Ahora mis vacíos los lleno con la
escritura, calmo los nervios creando mundos paralelos en el papel y tengo amigas
de verdad, de las que me acompañan en cualquier momento. Es gratificante
encontrar esos apoyos, tomarme una infusión matutina con Mercè, hablar a
distancia con Mabel, encontrarme con Senda virtualmente y en la oficina cada
día, aunque ahora esté lejos y solo hablemos por Whatsapp, bailar por las
tardes con Dolors o verla en momentos robados al ejercicio físico, acercarme a
mis lectoras beta…
Me siento arropada de verdad, mi
familia es perfecta, a pesar de las dificultades de la adolescencia de mis
hijos, soy muy feliz tras casi diecinueve años de matrimonio. Tengo mis
momentos de soledad frente a la pantalla, vivir con una escritora no es fácil
para ellos… Hay días en los que les gruño si me desconcentran…
La vida me ha dado mucho, ahora
toca disfrutarlo. Un encuentro con antiguos compañeros de colegio me parece una
buena manera de hacerlo.
¡Feliz día! J
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