Un embolado interesante

7:07 Pat Casalà 0 Comments

Buenos días! Llegamos al viernes… Ayer me metí en un embolado… Si es que estas cosas solo me pasan a mí. Por suerte es un maravilloso jardín lleno de flores y casi sin espinas.
Cuando era pequeña estudiaba en una institución educativa que poseía tres centros: una en Badalona y otro en Esplugues, que impartían primaria, y un tercero en Barcelona, donde nos  juntábamos para hacer la secundaria. El problema era que no todos los del primer centro iban al segundo…
Un compañero del primer colegio me mandó un mensaje para reunirnos a todos los antiguos alumnos de Badalona y yo, con un cacao mental importante, envié mensajes a varios antiguos compañeros sin ser capaz de discriminar los que conocía de un centro y de otro.
Total, que acabé con gente de ambos colegios interesados en preparar una cena. Así que abrí un grupo de whatsapp donde unir a los del segundo centro y preparar un encuentro. Y ya me veis de administradora y organizadora…
No me desagrada la idea, llevo unos días de nostalgia, recordando momentos intensos del pasado, con la ilusión de encontrar un futuro maravilloso y acompañada de personas increíbles. A veces la amistad está sobrevalorada, pero muchos otros es un bien preciado.
Me hace ilusión descubrir los cambios en las personas con las que compartí mi adolescencia, aunque en esa época yo era otra y no sé si ahora mismo me reconocería en ella. He cambiado tanto…
A veces, cuando me descubro en la coraza de aquella jovencita insegura y absolutamente equivocada en muchísimos aspectos, sonrío. Es importante deshojar la margarita de tus errores y encontrar el camino correcto, ver hasta dónde se puede mejorar, descubrir cómo cambiar lo que no te llena.
Ahora mis vacíos los lleno con la escritura, calmo los nervios creando mundos paralelos en el papel y tengo amigas de verdad, de las que me acompañan en cualquier momento. Es gratificante encontrar esos apoyos, tomarme una infusión matutina con Mercè, hablar a distancia con Mabel, encontrarme con Senda virtualmente y en la oficina cada día, aunque ahora esté lejos y solo hablemos por Whatsapp, bailar por las tardes con Dolors o verla en momentos robados al ejercicio físico, acercarme a mis lectoras beta…
Me siento arropada de verdad, mi familia es perfecta, a pesar de las dificultades de la adolescencia de mis hijos, soy muy feliz tras casi diecinueve años de matrimonio. Tengo mis momentos de soledad frente a la pantalla, vivir con una escritora no es fácil para ellos… Hay días en los que les gruño si me desconcentran…
La vida me ha dado mucho, ahora toca disfrutarlo. Un encuentro con antiguos compañeros de colegio me parece una buena manera de hacerlo.

¡Feliz día! J

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