Gardens by the Bay (Singapur)
¡Buenos días! Parezco enamorada, últimamente solo suspiro
y sonrío embobada, con la mente enredada en las dos historias de amor que
escribo. Suspiro. Es tan bonito pensar en situaciones tiernas, en el
romanticismo del principio de una relación, en los momentos álgidos…
Llevo muchísimos años escribiendo, dándole vida a
las ideas locas de mi mente, pero no pensaba en la literatura romántica como un
género interesante para explorar. Ahora me emociono al pensar en los personajes
que solo moran en el papel y en mi imaginación, con el deseo intenso de
aporrear las teclas del ordenador para seguir sus vidas llenas de amor.
Aixxxxxxx. Suspiro. Ayer me dejé la comida y el
desayuno en casa, me pasé las horas de la mañana luchando contra la necesidad
de escribir sin parar, como si lo único importante fuera abrir el Word y
perderme en las tramas, sin pensar en nada más, difuminando mi presente.
Mi inspiración funciona así… Cuando me invade es
como un huracán que arrasa con cualquier obstáculo. Por suerte mi capacidad de
trabajo no se ve menguada por esos suspiros constantes, suelo hacer varias
cosas a la vez, por eso por las noches no duermo…
Ayer nos quedamos en el Marina Bay Sands,
observando la espectacular vista desde la azotea. Cuando bajamos estábamos
realmente famélicos, necesitábamos comer. Preguntamos donde había un food court
cercano, Singapur es una ciudad carísima y habíamos leído que la única manera
de abaratar nuestros gastos era recurriendo a los centros de comida.
Acabamos en las galerías comerciales del Marina Bay
Sands, en un impresionante food court altamente recomendable. Es limpio, con
aire acondicionado, mesas perfectas y un surtido interesante de paradas.
Comimos muchísimo.
Una vez saciados buscamos el camino a los Gardensby the Bay, una maravilla de lugar llena de vida y color. Habíamos sacado las
entradas en el aeropuerto al llegar, con una oferta buenísima.
Caminamos por las galerías comerciales viendo los
tiendones de primeras marcas, aprovechando el aire acondicionado. Los jardines
son impresionantes, hay unas estructuras que imitan a los árboles y funcionan
como si lo fueran de verdad.
Recorrimos la parte exterior admirando cada
detalle, subimos al puente colgante y nos dirigimos a los invernaderos, dos
inmensas estructuras de cristal que esconden el Flower Dome y el Could Forest. Cada
uno de ellos tiene una ambientación alucinante. Mientras en el Colud Forest hay
una cascada, subidas, puentes, plantas impresionantes, en el Flower Dome puedes
ver especies vegetales de cada país.
¡Feliz día! J
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