Las desesperantes no respuestas editoriales

7:07 Pat Casalà 2 Comments

¡Buenos días! Hoy me despierto con resaca de cansancio… Ayer fue un día estresante, con auditoría interna, mil cosas extra que preparar, mails que enviar, trabajo acumulado y un sinfín de momentos de agobio. Encima al llegar a casa mi hijo necesitaba ayuda para corregir un trabajo y acabé cenando patatas fritas delante de la pantalla del ordenador.
A las once conseguí meterme en la cama con el mando a distancia en la mano y un par de trocitos de chocolate al lado para calmar un poco el día llevado al límite. Por suerte puedo con todo.
Por suerte este fin de semana podré darle un empujón a esos flecos, descansar, caminar por mi ciudad, corregir, leer y escribir.
El título de la entrada es bastante significativo, las desesperantes no respuestas editoriales… Es una manera de ilustrar cómo funciona este mundo, donde se ha perdido el romanticismo para llenarse únicamente con la idea de negocio.
Escribir una novela es un acto creativo, una manera de plasmar las ideas enredadas en la cabeza en una historia. Para darle vida en el papel se requiere muchísimo trabajo, constancia, perseverancia y dedicación, a parte de tu trabajo remunerado y de las mil tareas normales de una rutina.
La falta de respuesta a tus propuestas es algo que no me parece bien. No hace falta una larga explicación ni un mail personalizado ni nada parecido, solo con informar de los plazos de lectura con una respuesta automática valdría, algo a lo que aferrarse cuando te invade la incertidumbre.
Hay editoriales que explican su manera de funcionar en este aspecto en su web y anuncian que si pasados x meses no se han puesto en contacto contigo la propuesta queda desestimada. A mí con eso me basta, saber a lo que atenerme.
Durante estos años me he encontrado con una falta total de información, tanto por parte de las editoriales como de mi agente. No contestan a los mails, no te responden a las preguntas ni les interesa nada darse cuenta de que detrás de un manuscrito hay un escritor emocionado.
Mi manera de ser se aleja muchísimo de ese funcionamiento. Yo soy cumplidora, capaz de remover cielo y tierra por cumplir un plazo o un compromiso asumido, con deseos de no encontrarme en la tesitura de no poder responder todos y cada uno de los correos y mensajes diarios. Me cuesta entender otra manera de proceder.
Con el tiempo he aceptado que la incertidumbre forma parte de enviar una novela a valorar, por eso lo hago poco, solo de vez en cuando, y ahora ya no espero ni me imagino imposibles, simplemente escribo y soy feliz.
He de mencionar que en estos años me he encontrado bellísimas personas, respuestas que siempre agradezco, aunque sean un no, y compañeros magníficos.
¡Feliz día! J


You Might Also Like

2 comentarios:

  1. Pat Casala: Hay mucha verdad en la que decís. En mi condición de autor me he encontrado con que las editoriales son como sociedades anónimas que lo único que quieren es cobrarte por lo que has trabajado para que vos puedas tener acceso al circuito tradicional del libro más la versión online.
    Pero no quieren invertir un peso. Para esas empresas no somos personas ni escritores, somos un material descartable y estimo que a los lectores tampoco lo reconocen como una audiencia viva y personalizada. Es la apreciación de todas estas firmas que funcionan sin rostro o que se esconden detrás de una marca y mirándose su propio ombligo. Tenemos que seguir nadando contra la corriente pero buscando caminos diferentes al que mencionamos. Siempre se abre una ventana, colega. Un fraternal saludo: Martín Alvarenga, autor argentino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que seguir creyendo que existe alguien en algún lugar con una visión diferente. ¡Un saludo!

      Eliminar