Un concierto genial
¡Buenos días! Parece que quiere llover… Hay muchísima
oscuridad en el exterior, he abierto la ventana para observar el cielo y parece
completamente tapado por nubes amenazantes de tormenta. Uffff, hoy me apetecía
sol, luz, claridad…
Este fin de semana me he dedicado a releer UUDC y
me ha pasado algo extraño. A medida que avanzaba me sentía menos segura de mis
letras, sin acabar de seguir el ritmo, como si le faltara una vuelta de tuerca.
No sé si estoy negativa o si la novela no funciona, a veces me pasa, leo y no
estoy receptiva.
Puede que esta historia no esté a la altura o
simplemente que este fin de semana estuviera un poco negativa. Para averiguarlo
he decidido mandarla a una única lectora beta, la más crítica de todas, y
dejarla en la recámara mientras avanzo con CDTEAT.
La distancia consigue darme una visión más
acertada. Con los años he aprendido a esperar para retomar las lecturas
desligada completamente de ellas, sin la pasión de la escritura. Es la mejor
manera de encontrar los fallos, porque cuando termino de escribirlas todavía
siento el cordón umbilical que me ata a la trama.
Ayer, después de convertir el manuscrito a Mobi
con el Calibre, de mandarla por email a la persona adecuada y de descansar un
poco escuchando música, abrí el Word para continuar con mi nueva historia
CDETEAT.
El fin de semana se ha llenado de momentos
maravillosos, empezando por el concierto de mi padre el viernes en La Garrafadel Beatles. Mi padre es el mejor ejemplo de persona luchadora, con una energía
envidiable y una capacidad para compartir su pasión por la música con el
público.
El viernes fue su primer concierto sin Marco, su pareja
en el escenario desde tiempos inmemoriales. Fue emocionante recordar sus
inicios, la cantidad de veces que tocaron juntos, su presencia, su fuerza.
Para acompañar a mi padre, Toni Casalà, también actuaron Albert
Cobos, el otro compañero de Marco durante los meses de veraneo, Carlos Marine, con una aportación de dos
canciones cantadas con su increíble voz, y Óscar González, la pareja de mi
hermana, un gran guitarrista.
El concierto fue espectacular, el bar estaba
lleno, no cabía ni una persona más, estábamos apretados en los sofás, había
gente en los taburetes bajos, personas sentadas en sitios imposibles y una gran
expectación.
Me alucina cada vez que veo a mi padre tocando, su
fuerza, su manera de transmitir con la guitarra y la voz, su ilusión por seguir
adelante, con horas dedicadas a su pasión, su perseverancia y su sonrisa
diaria. Es una fuente inagotable de inspiración para mí.
Destacar también las aportaciones de Albert Cobos,
de Óscar González y Carlos Marine. Los tres estuvieron tan grandes como mi
padre.
¡Feliz día! J
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