Conexiones
¡Buebos días! Este viernes es una explosión de
emoción en mi vida. Deseo avanzar con Julia y Zack, pasame las horas del día tecleando,
sin horarios, sin trabajo, sin más obligaciones que darle un empujoncito a la
novela. Aunque no me quejo, en cuarenta y tres días he conseguido escribir
noventa y dos mil palabras, ciento ochenta DINA4, cuarenta y dos capítulos… Si
a eso le sumamos las cincuenta páginas finales de UUDC, puedo afirmar que este
último mes y medio he batido un récord.
Esta vez me pasa algo muy curioso, voy adelante y
atrás, leo, releo, escribo, reescribo y vuelvo a reescribir. Mi cabeza se ha
amotinado y solo quiere rebobinar antes de avanzar un poquito más, necesita
repasar trozos, buscar ideas durante la noche, retocar lo ya escrito en busca
de pulir antes de terminar.
Normalmente compartimento bien mi cabeza. Cuando
llego al trabajo me olvido durante horas de las novelas y rindo a tope. Ahora también
lo doy todo en la oficina, pero sigo con la mente enredada en la trama, como si
necesitara mantenerme conectada a ella en la distancia.
Ayer también busqué un ratito para arreglar el
primer capítulo de UUDC. Mi amiga de Gilford me mandó sus comentarios y me
entró el gusanito, necesitaba arreglar esos flecos que me señaló.
Tener amigas en la distancia es triste y maravilloso
a la vez. Conectarse a través de las nuevas tecnologías me las trae cerca, a
veces parece que nunca se han ido y puedo chatear con ellas durante horas, sin
perderme ni un segundo de sus vidas.
Una en Gran Bretaña, otra en Suiza y yo en
Barcelona… Dos chats abiertos casi las veinticuatro horas, a excepción del fin
de semana. El sábado y el domingo apenas hablamos, solo si hay algo importante
que decir. Entonces nuestro medio es el Whatsapp.
En mi juventud solo teníamos el correo postal, el
teléfono fijo de toda la vida y las señales de humo… Jejeje, si conocías a
alguien y se marchaba a vivir a la otra punta del mundo perdías el contacto.
Tenerlas cerca cibernéticamente consigue mantenerlas aquí.
No soy mujer de muchas amigas, apenas guardo tiempo
para compartirlo con mi familia. Me paso horas libres abstraída con la
escritura, sola en mis mundos paralelos, sin otra distracción que dejar volar
la imaginación. Solo deseo aporrear el teclado y perderme en las vidas de los
personajes del momento. Es difícil mantener así el contacto con el mundo
exterior. Conectarme con ellas vía chat es perfecto y me ayuda a seguir en la
brecha de las historias, sin salir de casa…
¡Feliz día! J
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