Prohibido perder la sonrisa

7:07 Pat Casalà 0 Comments

¡Buenos días! Me gustaría que las cosas fueran diferentes a veces, que si en la página de una editorial se anuncia una respuesta negativa, si es el caso, no se comuniquen contigo en un año ni te contesten a un email, pero así es la industria editorial.
Se juega con las esperanzas de las personas, sin tener en cuenta el trabajo ni la constancia ni la apuesta. He escrito dieciséis novelas, tengo cuatro en Amazon, una en papel, editada con una editorial tradicional, y once en el ordenador, una cantidad demasiado elevada de material al que quizás algún día le dé salida en Amazon o deje en el disco duro de mi ordenador.
Elijo cuidadosamente a quien le envío un manuscrito, no hago propuestas masivas ni creo ya en aquella oportunidad genial que podría convertirme en una escritora best seller. Aceptar mi lugar me ha costado muchísimos años, y ahora me siento feliz con la escritura, sin más.
Igualmente ningún escritor que se precie negará la ilusión primaria de compartir sus escritos. Una cosa no quita la otra. Deseo publicar, claro que sí, pero no es una prioridad en mi vida ni algo que me quite el sueño. Si algún día llega una gran oportunidad, la disfrutaré con emoción y si nunca aparece, seguiré con la sonrisa, sin perder la ilusión de novelar mis mundos paralelos.
Sin embargo me molesta muchísimo la actitud de las editoriales que no tienen la decencia de decirte «no me interesa», y menos si así lo anuncian en su página. A un año de enviar la novela tengo claro que no la quieren, no voy a perder más tiempo esperando a que respondan, la vida sigue y no se puede perder la sonrisa por algo así.
Evidentemente hay actores trabajando de otra cosa, pintores sin destacar, cantantes con la esperanza de triunfar algún día… Los artistas hemos de convivir con la posibilidad del fracaso, de la falta de canales para llegar al lugar donde moran nuestras esperanzas, redimensionando constantemente nuestros sueños para adaptarlos a la realidad.
Es lo que hay, no se puede anhelar un imposible después de luchar con uñas y dientes durante años, es mejor disfrutar del acto creativo y no hacer castillos en el aire. La vida es demasiado increíble para pasársela lamentando lo que no es. Tras años en la senda equivocada por fin lo acepté, lo interioricé y descubrí un mundo de emociones en el camino, con la capacidad de elevarme en el cielo de la felicidad.
Ahora solo reivindico el derecho a recibir respuestas, a no permitir que la incertidumbre se instale a nuestro alrededor, a que las editoriales sean consecuentes con sus anuncios y cumplan con sus promesas. Detrás de una novela siempre hay un escritor esperanzado.

¡Feliz día! J

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