La magia de la lectura
¡Buenos días! Llevo unos cuantos posts titulados «la
magia de…». Es una manera de explicar las sensaciones que me acompañan al
escribir, al escuchar música, al llevar los hilos de unos personajes
imaginarios.
Hoy quiero hablar de algo importantísimo, de la
lectura. Sin los lectores se perdería la mayor de las magias, la de transmitir
las creaciones de los escritores.
Mi gusto por la lectura despertó a una edad
temprana, cuando descubrí mis dificultades para leer y escribir. En mi niñez palabras
como dislexia no se escuchaban demasiado y muchas veces iban asociadas a
alteraciones muy graves de la lectoescritura. A mí nunca me diagnosticaron de
pequeña, pero con el tiempo descubrí que una dislexia fue la culpable de
impedirme leer y escribir con fluidez.
Nunca he creído en imposibles, no soy una persona que
se amedrante fácilmente ante los retos y suelo darlo todo para superar las
dificultades. Cuando empecé a leer y no conseguía descifrar las palabras con la
rapidez requerida, decidí pasar a la acción y comprarme libros para practicar.
Fue una de las mejores ideas que he tenido en mi
vida. Me pasé el resto del año devorando los libros de Los Hollister, con una necesidad imperiosa de descubrir sus
peripecias. Me hipnotizaban, conseguían transportarme a un lugar lejano, donde
los problemas desaparecían.
Durante años mi pasión por la lectura consiguió hacerme
soñar, vibrar, reír, llorar y emocionarme. No era una niña convencional, nunca
lo fui, y esta capacidad para abstraerme de la realidad me confirió alas para soñar
en un futuro donde yo le diera vida a mis mundos paralelos.
Tardé muchísimos años en desligarme del miedo
visceral a escribir, a pesar de mis deseos de hacerlo. Cuando era joven no
existía el Word ni los correctores y la dislexia afecta directamente a la
ortografía y a la expresión escrita. En BUP quemé mis cuadernos secretos, con
pequeñas historias inventadas, y acepté el diagnóstico de mi profesora, la
señora Vidal. Quería ser escritora, pero no tenía capacidad para hacerlo. Y me
dediqué a las matemáticas, asignatura en la que destacaba.
Nunca abandoné la pasión por la lectura, era mi
evasión, la única manera de caminar por un lugar lleno de magia, fantasía y un
sinfín de amores, misterios y aventuras. Por las noches me rendía a las
invenciones de mi cabeza antes de dormirme, les daba forma y me veía a lomos de
un caballo para rescatar a mi amado, con un grupo de investigadores en busca de
pistas para resolver un crimen, sola en un internado…
Sin la magia de la lectura nunca hubiera llegado
hasta aquí ni tendría este blog ni me sentiría altamente satisfecha con mi vida.
Escribir es lo mejor de mi día a día, me reporta sonrisas e ilusiones. Y nada
de esto sería posible sin los lectores, sin los libros que se amontan en mi
casa, sin compañeros de letras con deseos de compartir sus invenciones con el
mundo.
¡Leer es mágico!
¡Feliz día! J
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