Universal Studios (Singapur)
¡Buenos días! Por fin viernes… Esta semana
necesito más que nunca el descanso semanal. Suerte que ayer por la tarde me
compré un Toblerone y me lo tomé frente al ordenador, rebajando los nervios. A
veces las cosas se descontrolan y salen mal…
Por la tarde me fui a casa a escribir, necesitaba
quedarme un rato con mis personajes, abstrayéndome de la realidad, dándole vida
a las preciosas historias de amor que se tejen en mi mente, llevándome a
suspirar, sonreír y ser feliz durante unas horas.
La buena noticia es que mi mente funciona como un
catalizador, capaz de evadirse a un lugar apartado para rebajar las inquietudes
del día. Escribir es un bálsamo para mí, me ayuda a templar el temperamento, a
moldear una mente hiperactiva, a seranearme.
UUDC ya
cuenta con ciento setenta folios, CDTEAT con veinticinco… Esta última semana he
avanzado muchísimo, las ideas se revolucionan, mostrándome un camino
inexplorado hasta ahora, como si quisieran aportar su granito de arena en la
maravillosa tarea de dar vida a mis mundos paralelos.
Ayer nos quedamos en el Burger King, cenando,
cansados, con los pies molidos y un recuerdo precioso del día. Regresamos al
hotel para solicitar nuestras habitaciones. Fue perfecto, no había de la
categoría pagada y nos ofrecieron un Upgrade.
El One Farrer hotel & spa es maravilloso.
Teníamos una pantalla plana enfrente, una cama comodísima, un salón en el piso
de arriba del dúplex que nos ofrecieron y un minibar gratis. ¡Un lujazo!
A la mañana siguiente nos levantamos pronto,
habíamos comprado entradas para Universal Studios, un parque de atracciones en
la isla de Sentosa. Mis hijos estaban emocionados con la idea, les apetecía
muchísimo subirse a las atracciones.
Para llegar hasta la isla decidimos utilizar el
metro. En Singapur funciona con una tarjeta prepago que se ha de cargar en unas
máquinas cuando se necesita más saldo. Una vez en la última estación buscamos
la entrada al Sentosa Express, el tren que te lleva a los rincones de esta
isla.
Hacía un calor sofocante, con el sol luciendo
impávido en el cielo apenas manchado con cuatro nubes despistadas. Empezamos la
mañana fotografiándonos con los Minions, tras una cola, la primera del día. Ahí
fue donde decidimos pagar el pase Express, que te permite entrar en las
atracciones sin las incómodas colas.
¡Feliz día! J
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