¡Al fin sol!
Me hace muy, pero que muy feliz escribir cada día en este blog. Es genial saber que existe un pequeño espacio donde colgar todas las inquietudes que me apresan durante el día. Y lo mejor han sido las muestras de cariño que he ido recibiendo por mail, o por teléfono o en persona. ¡Es genial que os guste lo que escribo!
Quizás nunca os he explicado lo solitario que puede parecer el crear una historia. Es un camino inaccesible para muchas personas de tu entorno, puesto que es tu propia mente la que se involucra en las tramas y no puede englobar a los demás. Sólo puede transmitirles parte de la narración, ideas sueltas que aparecen y otras que se desvanecen.
En cuanto a la lectura, en mi familia no tengo muchos lectores, así que los libros que escribo pocas veces reciben atención por su parte. Sólo comparto las historias, las ideas, los argumentos que van y bien. Hay veces que le digo a mi marido: “recuerdas aquello que te conté acerca de…. Pues ahora es de esta otra manera”. Al final ni él sabe de lo que le estoy hablando ni yo sé si le estoy pegando un rollo.
Hay una novela, La Baraja, que sólo hemos leído mi agente yo. Otras que las ha leído mi padre y mi amiga Rosa y otras, como El Secreto de las Cuartetas, que me han pedido algunos amigos para leer y yo se la he enviado en PDF.
Para mí es importante que los demás me lean, compartir con ellos mis ideas, ser parte de sus vidas durante unos días, unos meses, unas semanas,… Me encanta pensar que lo que hago interesa a otras personas, que pueden ver a través de mis personajes aquellos mundos paralelos que me invaden.
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