¡Hasta aquí las sinopsis!
Hasta aquí. ¡Ya he escrito todas las sinopsis de las novelas que tengo en mi haber! ¡Espero que resulten interesantes! ¡Para mí son como pequeños hijitos a los que cuidar y ver crecer algún día!
Espero que algún día pueda entrar en una cafetería y encontrar a alguien enganchado uno de mis libros. ¡Sería genial! Siempre lo pienso, me imagino miles de situaciones donde hay una persona que me está leyendo. Cuando voy a la piscina miro las carátulas de los libros que leen los que toman el sol estirados en las hamacas y pienso: ¡Algún día será el mío! Y cuando paseo por el parque, o cuando voy a la playa, o cuando entro en una biblioteca, o… ¡Hay tantos lugares donde me imagino esa escena!
Ayer me pasé muchas horas navegando por la red, buscando experiencias similares a las mías en otros blogs, leyendo a muchos otros autores que caminan por la vida con mis mismas inquietudes y metas. ¡Hay tantos! ¡Y tan pocos lo consiguen!
Sin embargo, a pesar de que piense así y de que en muchos momentos me venga abajo, últimamente con mayor frecuencia, llevo toda la vida soñando con conseguirlo, con formar parte de la élite de escritores editados y de poder compartir con los lectores todos estos mundos interiores que desean ser parte de las vidas de los demás.
Quizás ha llegado el momento de intentar darle la vuelta a mis sentimientos. ¡Cómo mínimo lo voy a intentar! Me he propuesto un nuevo reto: escribir cada día aquí con optimismo. A pesar de que no pueda encontrar la inspiración y de que me quede en el banquillo, quiero ver el lado positivo de todo.
Estamos ante una época del año fantástica. Hay muchos días de sol y calor para ir a disfrutar del aire libre. La atmósfera me proporciona una paz interior muy alejada de la tristeza que me generan las largas jornadas grises de inverno. Es como si mi estado anímico estuviera ligado de alguna manera a esas nubes que encapotan el cielo y oscurecen las calles y mis esperanzas.
Ahora hay sol y ese silencio embriagador que despierta mi lado más alegre, como si los días claros poseyeran vitaminas mágicas que me revitalizaran y me mostraran un camino de baldosas amarillas hacia la tranquilidad y el optimismo. Se respira un aire cálido, intenso, sedante. ¡Es maravilloso!
Nunca antes había logrado escribir cada día pensando que alguien me iba a leer durante las próximas horas. Me da igual que sean sólo unos poquitos los que entren aquí, sus entradas colman mis deseos de compartir mis escritos, de alegrarme el día, de pensar que siempre hay esperanza. Así que ésta va a ser mi puerta abierta a seguir con una sonrisa en los labios, sin caer en la tentación de desmoronarme. ¿Lo conseguiré????
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